La naturaleza desde sus inicios ha gozado de un equilibrio bastante bien engranado. El asunto es que la raza humana constantemente con sus acciones se mete en los procesos propios de la naturaleza, no solo interrumpiéndolos o entorpeciéndolos sino dañándolos del todo, lo que trae consecuencias bastante graves tanto a corto como a mediano y largo plazo. Una lástima.
La tala indiscriminada, la pesca por arrastre, las grandes cantidades de humo y químicos expedidos por gigantes industrias son aspectos que definitivamente deterioran nuestro planeta a un ritmo aceleradamente peligroso. Pero, desafortunadamente no es lo único que afecta a la naturaleza. Cada uno de nosotros tiene un impacto considerable si no ponemos de nuestra parte conscientemente para evitarlo.