Muchas de las cosas que hacemos, usamos o consumimos pueden potencialmente dañar al medio ambiente, o haber sido hechas con procedimientos que pueden ser causantes de contaminación.
Esto no significa que somos malas personas o que no podemos hacer o usar casi nada, pues el impacto de muchas de las cosas no es excesivo, pero siempre deberíamos estar conscientes del posible daño de cada cosa.