En el centro de Caracas, en una bellísima y apacible edificación, el Palacio de las Academias, se reúnen constantemente hombres y mujeres de envidiables trayectorias en diferentes ámbitos del saber. Los pasillos de este recinto de apenas dos pisos transmiten una calma inigualable y están repletos de bustos de venezolanos que aportaron años de su vida al desarrollo del país. En una de las alas se encuentra la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales que fue creada por Ley del Congreso de los Estados Unidos de Venezuela del 19 de junio de 1917. Allí se dan cita biólogos, geólogos, físicos, químicos, matemáticos y tantos otros expertos, investigadores, profesores y asesores para ocupar treinta sillones que representan el mérito bien ganado que tanta falta hace para el modelaje en una nación. Claudio Bifano, su presidente, es licenciado en Química y Ph.D. en la materia, ha ocupado importantes cargos en universidades nacionales e instituciones de ciencia y fue también colaborador de la gestión pública como vicepresidente del Conicit (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas). Es autor de unas ochenta publicaciones y ostenta premios como investigador y educador. Entre tantos logros, ha sido cabeza de la Academia desde el 2005.