23 de julio de 2015

Laudato sí: La humanidad debe cambiar para proteger la casa de todos




  • La Encíclica Laudato Sí fue analizada en un conversatorio en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela
  • La humanidad necesita cambiar, hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido
  • No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano
  • El desarrollo de la sociedad debe darse alejada del consumismo extremo
  • Para ser sustentable es necesaria la democracia, un entorno donde prevalezca la justicia, la libertad y la paz.


La Encíclica Laudato Sí, presentada por el Papa Francisco el pasado 18 de junio, ha sido una excelente motivación para que el mundo entero vuelva la mirada a un tema que compete a sus habitantes: el cuidado de la casa de todos. Ha sido un llamado al diálogo, a la agilización de la búsqueda de soluciones, a la toma de decisiones mediante un documento que mágicamente ha llegado a muchas manos convirtiéndose en noticia. Alabado seas, es la traducción del nombre de esta carta armada por un equipo de expertos del planeta y liderada por un Papa, que ha tomado el nombre de San Francisco de Asís, no por casualidad, defensor de los pobres y los animales. Para conocer más sobre las implicaciones de la Encíclica, el pasado viernes 17 de julio se llevó a cabo un conversatorio en la Universidad Católica Andrés Bello (situada en Caracas), organizado por la Dirección de Sustentabilidad Ambiental, el Grupo Orinoco de Energía y Ambiente y la Dirección de Identidad y Misión de dicha universidad (de sus sedes de Caracas y Guayana).


La instalación estuvo a cargo del S.J. Padre Danny Socorro, luego se abrió el espacio para ¨El Significado y la importancia de la Encíclica Laudato Sí¨, por el padre Oscar Buroz S.J., coordinador de la Dirección de Identidad y Misión UCAB Guayana. Los ¨Aspectos ambientales de la Encíclica¨, fueron expuestos por el Prof. Joaquín Benítez, de la Dirección de Sustentabilidad Ambiental y las reflexiones finales estuvieron a cargo del Prof. Eduardo Buroz, del programa de Ingeniería Ambiental UCAB, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat y representante del Grupo Orinoco.

El S.J. Danny Socorro en su apertura se refirió a tres ideas básicas: cuidar la creación, defender a los más vulnerables y descubrir un modo de ser más humanos, como pilares de la esencia de la universidad y de la filosofía jesuita. Por su parte el coordinador de Guayana recordó que la UCAB es una universidad privada, de servicio público, de inspiración cristiana y de enfoque católico pero preocupada por lo que sucede afuera, por transformarse en conciencia crítica de la sociedad y por transmitir a sus alumnos mediante la educación, el compromiso con el desarrollo sustentable. El padre Buroz comentó que una Encíclica es un documento informativo que desarrolla aspectos considerados importantes y manifiesta la línea de pensamiento del Catolicismo. En el caso de Laudato Sí, tiene el valor de haber contado con la contribución de miembros de otras religiones y consta de seis partes o capítulos.

¨Cuando un líder como la talla del Papa asume este tema, quienes estamos trabajando en la promoción de la sustentabilidad nos sentimos muy bien¨, dijo Joaquín Benitez para iniciar su exposición. También recordó que la carta es un llamado al diálogo. De los problemas ambientales que presenta el documento, hizo un breve recuento: contaminación y cambio climático, pérdida de la biodiversidad, deterioro de la calidad de la vida humana, inequidad planetaria y otros. Las ideas de esta sección se podrían resumir de la siguiente manera: las respuestas que ha dado la humanidad son débiles; las poblaciones más pobres son las más expuestas a sufrir las consecuencias de los problemas; no hemos podido dar con un modelo circular de producción que minimice el uso de los recursos; el gran responsable es el modelo de desarrollo actual (la humanidad que consume y descarta); el cambio climático es un problema real y el principal desafío para la humanidad y el modo de uso actual del agua es insostenible. La Encíclica menciona la pérdida de biodiversidad, la afectación de hábitats y de especies animales y vegetales; denuncia las pretensiones de internacionalización de la Amazonia; critica la deuda ecológica entre los países desarrollados y los países en desarrollo; se refiere al grave problema de los océanos: sobreexplotación y contaminación; critica el crecimiento desmedido de ciudades y habla de contaminación mental producida por la hiperconectividad, fomentada por la tecnología.

La Carta Papal especifica la lentitud de las reacciones y la diversidad de opiniones como obstáculos para el planeta pese a que es importante encontrar una salida. Sobre las alternativas, lo que deja claro es que es urgente discutir, tomar acciones. La Encíclica plantea una revolución cultural valiente como salida, con la premisa ¨no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano¨. La propuesta, una ecología integral, una nueva forma de relacionarse el hombre consigo, con la sociedad y con el entorno. Una de las ideas medulares: para ser sustentable es necesaria la democracia, donde prevalezca la justicia, la libertad y la paz. Exhorta a humanizar las decisiones científicas. Por último dice ¨los individuos pueden ayudar pero los políticos deben liderar los cambios¨, para que la actuación del ciudadano sea efectiva, ésta debe darse sin duda en un sistema que promueva el desarrollo sustentable.

Como cierre, el profesor Eduardo Buroz, recordó que el Papa en Laudato Sí alaba que San Francisco de Asís pudo conectar lo racional, lo científico con la esencia de lo humano, al plantearse como inseparables, la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior. Partiendo de ello aseguró, la Encíclica es una invitación a lograr algo similar, un desarrollo sustentable y humano, y es a la vez una convocatoria a que desde la universidad, se analice, se investigue, se planten alternativas, siempre con la idea de que la Iglesia no propone una palabra definitiva, sino un debate honesto sobre un asunto primordial, el cuidado de la casa donde habitamos todos.

@ideagenial

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