
- La Encíclica Laudato Sí fue analizada en un conversatorio en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela
- La humanidad necesita cambiar, hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido
- No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano
- El desarrollo de la sociedad debe darse alejada del consumismo extremo
- Para ser sustentable es necesaria la democracia, un entorno donde prevalezca la justicia, la libertad y la paz.
La Encíclica Laudato Sí, presentada por el Papa Francisco el pasado 18 de junio, ha sido una excelente motivación para que el mundo entero vuelva la mirada a un tema que compete a sus habitantes: el cuidado de la casa de todos. Ha sido un llamado al diálogo, a la agilización de la búsqueda de soluciones, a la toma de decisiones mediante un documento que mágicamente ha llegado a muchas manos convirtiéndose en noticia. Alabado seas, es la traducción del nombre de esta carta armada por un equipo de expertos del planeta y liderada por un Papa, que ha tomado el nombre de San Francisco de Asís, no por casualidad, defensor de los pobres y los animales. Para conocer más sobre las implicaciones de la Encíclica, el pasado viernes 17 de julio se llevó a cabo un conversatorio en la Universidad Católica Andrés Bello (situada en Caracas), organizado por la Dirección de Sustentabilidad Ambiental, el Grupo Orinoco de Energía y Ambiente y la Dirección de Identidad y Misión de dicha universidad (de sus sedes de Caracas y Guayana).