La Industria 4.0 ha llegado para quedarse. Las empresas ya están conscientes de que para que su compañía sobreviva al cambio que impone el siglo XXI deben dar ese salto a lo digital. Aún más importante es el hecho de que no hay manera más confiable de garantizar la durabilidad del sector si no se adapta la sostenibilidad como parte de las buenas prácticas empresariales pues, en definitiva, sin la adopción de un modelo de economía sostenible por parte del sector privado, el futuro del planeta queda en entredicho.
¿Qué es la economía sostenible?
Es bastante probable que hayas escuchado el término y que posiblemente venga a tu mente en conjunto con la idea del “lavado verde”. Sin embargo, el concepto de economía sostenible bastante difiere de lo que la publicidad engañosa del marketing verde ofrece. En el artículo 2 de la Ley de Economía Sostenible encontramos la siguiente definición sobre este modelo:
Un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva, que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, y que garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades.
Si bien se trata de una ley española, sus lineamientos no están en absoluto alejados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas en el marco de la Agenda 2030. En la actualidad, básicamente todas las empresas de todos los sectores pueden enrumbarse hacia la digitalización en alguna medida y de esta manera hacer sus empresas más eficientes, socialmente responsables, y con especial atención a su aporte al cambio climático para así corregir la ruta a tiempo.