8 de junio de 2012

A propósito del Día Mundial del Ambiente: Un recorrido a la agenda de asuntos por resolver en Venezuela

mundo verde

El Día Mundial del Ambiente, fue establecido como tal el 5 de junio de 1972 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para marcar el inicio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Ambiente. Aunque muchos activistas coinciden en que para quien trabaja arduamente por nuestro planeta todas las jornadas se celebran por igual, es oportuna la ocasión para dar un vistazo (a vuelo de pájaro) a cómo está el país y su agenda de asuntos por afrontar en la materia. 

Si bien es cierto que hay muchos logros, en cuanto a lo que nos falta, los temas generales son la contaminación de las fuentes de agua, el desfase del mantenimiento de las plantas de tratamiento y potabilización, la poca atención a la supervisión de los niveles de contaminación química, la minería y la agricultura descontrolada que erosiona nuestros bosques, la carencia de un diseño urbanístico acorde con el crecimiento natural de la población, la poca atención a las advertencias y recomendaciones de expertos y organizaciones de amplia trayectoria y por ende el escaso apoyo a la investigación, el cerco económico a las organizaciones no gubernamentales, la desigualdad de la oferta en educación ambiental en todo el territorio, el escaso presupuesto nacional que se destina al sector, la falta de alineación entre gobiernos estatales y locales en cuanto a logro de objetivos que apunten al desarrollo sostenible, la inexistencia de un acuerdo de los medios de comunicación para desplegar grandes estrategias que apunten a un mayor compromiso de la población con el planeta en el que habita, la poca disposición a hacer cumplir las excelentes leyes que el país ha generado y por último, el poco interés de los protagonistas del quehacer político en el tema ambiental que innegablemente son los líderes de opinión de los venezolanos, muchos ya cercanos al proceso electoral (en octubre y en diciembre) que no han presentado sus líneas de acción nacionales y locales. 

En un acercamiento a las principales zonas del país y en función de lo que ha sido noticia en los últimos meses se pueden mencionar como algunos de los grandes retos: 

Zona central: persiste el problema del rebase del Lago de Valencia amenazando a las comunidades aledañas y vaticinando una posible incomunicación del país si las aguas llegan a la autopista que comunica Aragua y Carabobo. La voluntad para solucionar existe pero el tiempo parece no estar a favor. 

Litoral central y costas venezolanas: contaminación de las playas por mala disposición de botaderos de desechos y descarga de aguas residuales, producto del aumento de la urbanización sin diseño concienzudo; cambios en la fauna marina por alteraciones en las aguas y en consecuencia, modificaciones en algunas actividades económicas como la pesca. 

Distrito Capital: conflictos en la recolección y disposición de desechos en las distintas alcaldías, aparición de enfermedades respiratorias atribuida al establecimiento de concreteras para la construcción de soluciones habitacionales, estancamiento del proyecto de saneamiento del Río Guaire, haciendo que su cauce siga contaminado las playas mirandinas. 

Sur de Venezuela: la extracción minera no controlada y la intención de lograr más áreas para el cultivo continúa deforestando grandes regiones boscosas y alterando cuencas. La actividad petrolera en la Faja Petrolífera del Orinoco ha sido señalada por expertos como una de las mayores amenazas para el país ante lo cual resulta inminente el énfasis en los estudios de impacto ambiental. 

Occidente: otro lago de antiguos problemas, el de Maracaibo, tiene ante sí un nuevo proyecto de saneamiento presentado recientemente, pero muy pocas acciones en firme. Sus playas no son aptas para el disfrute. También son comunes en la región los inconvenientes en la recolección de basura y la disponibilidad de agua potable. 

Región andina: su problemática ambiental es similar a la de todo el país pero destacan los estados que la conforman por presentar mayores niveles de riesgo socionatural. En esta zona se evidencia la anárquica disposición de viviendas y la volubilidad de las mismas a las lluvias, cada vez más frecuentes y abundantes producto del cambio climático. 

Oriente del país. Las aguas servidas y las complicaciones con los vertederos de basura y la recolección aparecen también en la zona, no obstante se agravan en el caso de Nueva Esparta. La Isla de Margarita, cada vez más poblada, presenta severos contratiempos en el suministro de agua, la conservación de su biodiversidad y la preservación de sus áreas naturales, en respuesta a la demanda cada vez mayor de los desarrollos urbanísticos que se promueven.

@ideagenial
Miembro de la red Periodismo ante el Cambio Climático

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