16 de diciembre de 2011

Residuos de la cerveza para producir biocombustibles

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De la bebida fermentada se han alabado sus excelencias para la salud si el consumo es moderado. Pero sus beneficios pueden ir más allá. Es posible que la cerveza genere energía y no sólo sobre el cuerpo humano.

Investigadores del de la Universidad de Cádiz, han desarrollado un proceso para el aprovechamiento del residuo de la industria cervecera centrado en la producción de biocombustibles, alimentos funcionales y cosméticos.

La industria agroalimentaria (incluidas en este grupo las fábricas de cerveza) genera una serie de residuos o subproductos que, tratados convenientemente, pueden ser utilizados para la obtención de precursores de biocombustibles y de productos de alto valor añadido. Los residuos contienen lípidos, carbohidratos, proteínas y otros compuestos interesantes. La única limitación a su uso, como precedente de los biocombustibles, radica en la rentabilidad económica de su proceso de obtención y en su calidad.

Para que "el proceso que hemos diseñado sea efectivo se estima que el contenido mínimo en lípidos y carbohidratos que lo hace rentable se sitúe en un 5% y un 20% respectivamente; algo que sí nos da el bagazo o la cebadilla de cerveza", explica el profesor e investigador, José Manuel Igartuburu, quien junto al ingeniero químico, Carlos López Fernández, ha trabajado en esta patente.

De esta forma, "hemos conseguido sacar provecho a algo que no tenía ningún valor comercial y que hasta la fecha se estaba utilizando principalmente como pienso para el ganado vacuno y ovino".

El proceso, diseñado en la institución gaditana, tiene la finalidad de obtener dos productos. El primero es una sustancia compuesta por la mayor cantidad posible de las grasas contenidas en el bagazo, que es un aceite; y el segundo, es una sustancia rica en azúcares, "cuyo contenido en agua dependerá de las diferentes finalidades que se le quieran dar, como la producción de biocombustibles o como suplemento de azúcar para la producción de la propia cerveza que ha generado este residuo, por lo que aquí cerraríamos el ciclo", en palabras del profesor Igartuburu.

Para poder llevar a cabo la producción de biocombustibles o de cualquier otro tipo de productos que puedan derivar del residuo de la cerveza, los investigadores del tienen previsto dar un paso más y trasladar este estudio de laboratorio a "una planta piloto que podríamos ubicar cerca de alguna industria cervecera que ya existiese en la zona".

De esta forma, sentencian desde la Universidad de Cádiz, "nosotros nos aseguraríamos la materia prima y la fábrica se desharía de sus residuos de una forma rápida y eficaz".

Fuente: elmundo.es

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