Los vehículos híbridos, que tienen motor de combustión y motor eléctrico que funcionan de modo alternativo o complementario, son más eficientes y menos contaminantes que los vehículos tradicionales con motor de explosión. En el caso de los autobuses urbanos esto es particularmente importante. La empresa TMB (Transports Municipals de Barcelona) lleva a cabo un proyecto de transformación de cien autobuses diésel en híbridos, con lo cual se obtienen beneficios ambientales sin efectuar un gasto en vehículos nuevos.
El primer beneficio y probablemente el más importante se refiere a las emisiones. Los estudios efectuados sobre esto ofrecen datos como los siguientes: reducción de hasta un 30% del consumo de combustible y de las emisiones de monóxido (CO) y dióxido de carbono (CO2), hidrocarburos, partículas sólidas y óxidos de azufre (SOX). En el caso de los óxidos de nitrógeno (NOX), se espera una reducción de hasta el 50%, ya que el motor suele funcionar a régimen óptimo.
Otras ventajas se refieren al confort. La contaminación acústica se reduce drásticamente, ya que los motores eléctricos son mucho más silenciosos que los de explosión. Esto también afecta positivamente a los usuarios en el interior. Mejora el confort, ya que la marcha es más suave, las aceleraciones son progresivas, el conductor utiliza menos el freno y no se producen tirones porque no hay cambio de velocidades.
Hay que destacar que los autobuses híbridos no consumen combustible ni hacen ningún ruido mientras están parados en semáforos y paradas. Son capaces de recuperar energía durante la frenada.
Por ecoticias.com
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