Estamos acostumbrados a resolver el tema de la habitabilidad confortable de cualquier edificación en base de energía, por ejemplo, si queremos tanto en verano como en invierno, que nuestra casa posea una temperatura agradable, el planteamiento suele ser qué potencia debe poseer la caldera o el equipo de aire acondicionado, un error típico que solemos cometer, ya que que si bien esto es parte de la solución, es la última en una cadena interconectada que comienza con el correcto diseño del edificio.
En esta ocasión nos centraremos en el primer ingrediente: el correcto diseño de los edificios, o lo que se llama comúnmente como “Arquitectura Bioclimática”.
Los conceptos en los que se basa la arquitectura bioclimática combinan conocimientos milenarios –como encalar las fachadas, buscar el abrigo del suelo, buscar la orientación correcta, cerrar toda la vivienda al paso de aire y luz durante el día en verano y ventilar por la noche, etc.- con otros nuevos basados en la generación energética, recuperación de aguas, etc.
El objetivo principal que se persigue es que el edificio consiga unas condiciones de habitabilidad confortables con un aporte de energía externo mínimo y que su impacto sobre el medioambiente sea también el mínimo posible.
Siempre se debe tener muy en cuenta el emplazamiento y la ubicación del edificio, para ayudar a conseguir el confort térmico mediante el diseño, la geometría, la orientación y, en definitiva, la integración del edificio en su entorno.
Las ventanas deben estar orientadas siempre en el sentido del sol, es decir, en el hemisferio norte la orientación de los ventanales debe ser hacia el sur, mientras que en el hemisferio sur, la orientación es hacia el norte. De esta forma de aprovecha de mejor forma la luz natural, también se deben usar materiales con determinadas propiedades térmicas, como la madera o el adobe, el abrigo del suelo,muros vegetales, etc.
Se trata de una arquitectura adaptada al medio ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, que intenta minimizar el consumo energético y con él, la contaminación ambiental.
Los criterios del diseño bioclimática debieran ser obligatorios, ya que a la larga no sólo beneficiarán al medio ambiente, sino que se transformarán en ahorro para sus propietarios o para toda la sociedad si se trata de edificios públicos.
Debemos hacer un esfuerzo muy importante para concienciar a toda la sociedad respecto a la necesidad de racionalizar el gasto energético, ya que como todos sabemos, la energía más limpia, es la que no se consume.
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