Aprovecha la luz del sol y el angulo de incidencia de este sobre la edificiación es una excelente solución para gestionar la energía y la luz dentro del edificio, permitiendo mejoras en el uso de la energía y el diseño arquitectónico.
El parasol se ha convertido en un elemento habitual en los edificios con fachadas de vidrio, en los que la gestión de la energía y de la luz es primordial.
Las fachadas acristaladas son un elemento arquitectónico habitual en la era de la arquitectura moderna que debe satisfacer cada vez más un mayor número de exigencias, como son el ahorro de energía, la predominancia de la luz solar, la comodidad, etc..., y para conseguirlo, la arquitectura solar pasiva aprovecha la morfología del edificio, tomando en consideración la inclinación que tiene el sol en las distintas épocas del año. Es así que en invierno, cuando los rayos solares son más necesarios, se requieren muros y ventanas verticales, ya que la incidencia de los rayos es más inclinada. Y en verano, se requiere que se detengan los rayos, se usan aleros o cornisas, que detienen los rayos que en verano son más perpendiculares.
Gracias a este proceso se puede medir el impacto de los rayos de sol en el edificio, hallar fuentes de ahorro de energía o definir la mejor relación entre comodidad interior e irradiación de luz natural, siempre con el objetivo de obtener el máximo provecho de la persiana tras su instalación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario