4 de junio de 2011

Agricultura ecológica

agricultura organica

La agricultura ecológica es un sistema de producción que mantiene y mejora la salud de los suelos, los ecosistemas y las personas. Se basa fundamentalmente en los procesos ecológicos, la biodiversidad y los ciclos adaptados a las condiciones locales, sin usar insumos que tengan efectos adversos. La agricultura ecológica combina tradición, innovación y ciencia para favorecer el medio ambiente que compartimos y promover relaciones justas y una buena calidad de vida para todos los que participan en ella. Los Principios de la Agricultura Ecológica: Salud – Ecología – Equidad – Precaución, nos llevan a una reflexión profunda sobre la calidad nutritiva de los alimentos, los procesos ecológicos, la distribución equitativa de los beneficios de la cadena de valor orgánica y la atención en la introducción de nuevas tecnologías en los sistemas de producción.

La salud de los individuos y las comunidades no puede ser separada de la salud de los ecosistemas pues suelos saludables producen cultivos saludables que fomentan la salud de los animales y las personas. Los insumos deben disminuir mediante la reutilización, reciclaje y manejo eficiente de materiales y energía para así mantener y mejorar la calidad ambiental y la conservación de los recursos. La agricultura ecológica debe lograr el equilibrio ecológico a través del diseño de sistemas agrarios, el establecimiento de hábitats y el mantenimiento de la diversidad genética y agrícola. Las principales corrientes de la agricultura alternativa surgen cuando en el siglo XIX se introdujeron innovaciones tecnológicas como los abonos químicos, tractores y semillas mejoradas que aumentaron exponencialmente la producción de alimentos.

Ante los cuestionamientos por el impacto social, económico y ambiental, provocado por este sistema de producción “moderno”, surge la agricultura alternativa como un movimiento que cuestionaba este falso progreso, enfrentándose incluso en su momento a la comunidad científica que propugnaba el modelo convencional.

Con ella surgen la agricultura biodinámica, la agricultura orgánica, la agricultura biológica y la agricultura natural, cuatro corrientes de la agricultura alternativa que fueron criticadas por la comunidad científica y el sector productivo predominante, al ser catalogadas como retrógradas y sin validez científica.

La agricultura biodinámica concibe a la finca como un organismo vivo capaz de producir su propia renovación basándose en la permanente fertilidad del suelo. Adicional a los métodos conocidos de la agricultura ecológica u orgánica, se aplican preparados biodinámicos, que son compuestos dinamizados a partir de sustancias minerales y orgánicas de origen vegetal y animal, que reactivan las fuerzas vitales en especial del suelo. En los países de la Comunidad Andina existen conspicuos agricultores familiares que practican la agricultura biodinámica y que sobresalen por la calidad de su producción; como es el caso del café en la zona de Villa Rica en Perú o del chocolate a partir de cacao biodinámico en Ecuador.

La agricultura orgánica considera que el factor esencial para la salud de las plantas y los animales es la fertilidad de los suelos obtenida a través de la incorporación de residuos de la finca, transformada en humus, proceso llamado compostaje. No es una agricultura de sustitución de insumos o una agricultura “limpia” -como se confunde habitualmente, más bien busca el manejo integrado de toda la unidad de producción considerando los diversos factores que componen el agroecosistema.

La agricultura biológica considera esencial el uso de materia orgánica en los procesos productivos, abriendo la posibilidad de obtenerla no sólo de origen animal o del propio predio, sino también de zonas urbanas. También recomienda la incorporación de rocas molidas al suelo, ya que éstas se descomponen más lentamente que los abonos solubles y no son fácilmente lavadas por efecto de la lluvia.

La agricultura natural tiene como principio el respeto por las leyes de la naturaleza. Uno de los aspectos que justifican su separación del resto de las corrientes es que es reticente a aceptar materia orgánica de origen animal. De acuerdo con sus principios, los excrementos de animales contienen impurezas y en muchos casos no es aconsejado. Impulsa el desarrollo de técnicas de compostaje vegetal, así como también el uso de microorganismos que auxilian procesos de descomposición y mejoran la calidad del compost.

En la medida que aumenta la población también aumenta el número de personas que demandan alimentos y cultivos energéticos. Esta situación combinada con el aumento de la severidad y frecuencia de los impactos del cambio climático, y el aumento de los precios de los agroquímicos elaborados a base de combustibles fósiles, pondrán mayor presión en la producción agrícola y en forma más notable en la población más pobre.

La agricultura es responsable del 13% del total de emisiones de gases invernadero y la cifra aumenta en forma significativa hasta el 30 a 40% con prácticas no sostenibles como la tala y quema, el uso de agroquímicos, transportes, etc.

Por eso es fundamental aprovechar el potencial de mitigación en la agricultura, el que solo puede ser abordado desde el cambio de prácticas de cultivo.

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