7 de marzo de 2011

Con la lana que uses, serás medido


Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido, son los grandes productores de lana en el mundo. Ellos juntos producen más del 40% de la lana usada, explotando a más de 150 millones de ovejas. Esta particular industria, hoy está en la mira de los conservacionistas y ambientalistas, quienes señalan que es uno de los más sanguinarios negocios de la actualidad. Y han puesto al descubierto el “sistema”, de producción de la lana a partir de trasquilar a las ovejas. A continuación se describe sin juicio de valores “esta actividad” para que el lector saque sus propias conclusiones.

Las ovejas criadas en Australia, Nueva Zelandia y Reino Unido son principalmente merinos, una variedad especial por su piel rugosa y la gran cantidad de lana que estos animales generan. En menor escala, otros países también sacan la lana de borrego, de cabra, de conejo o de antílope tibetano, que se llama lana pashmina o casimir o angora. Y el procedimiento es tan igual o más terrible, que el usado con las ovejas.

Los grandes criadores, entiende que las ovejas son “cosas o artefactos” que producen lana y por ello, las trasquilan, como algo de rutina, sin ningún cuidado, rebanando en muchos de los casos pedazos de su carne. Se les olvido, hace décadas, que son seres vivos, que sienten dolor, miedo y soledad. La prioridad, es lograr producción, la cual se mide por rendimiento del corte de la lana. Y esos cortes se hacen, mientras más apurados mejor, donde poco importa si los equipos de rasurar tienen el debido filo o son los más apropiados. Testigos reportan: “Los sitios de trasquile son de los más crueles para los animales… si los animales se inquietan, por el dolor que sienten, ante los cortes que traspasan a la piel, los empleados las golpean a puñetazos o con palos, indiscriminadamente para que se “tranquilicen”.

El viacrucis de estos indefensos animales comienzan semanas después de haber nacido, donde a las ovejas se les perforan las orejas, se les corta la cola y a los machos se les castra sin anestesia, haciendo una incisión y extrayendo los testículos, o le colocan una liga en los testículos que les corta la circulación hasta que se les atrofien, produciéndoles en el ínterin, un excesivo dolor. Cada año, cientos de ovejas mueren de hambre antes de las 8 semanas, y miles de ovejas adultas mueren por enfermedades, falta de cobijo o negligencia.

Así mismo, como entre los pliegues de la lanuda piel se depositan parásitos e insectos que ponen huevecillos, que luego son capaces de devorar viva a la oveja. Los criadores o granjeros australianos y de Nueva Zelandia para prevenir este ataque de pulgas e insectos, practican una cruel operación llamada “mulesing” que consiste en colocar a las ovejas boca arriba y atar sus patas entre barras de metal para (sin anestesia ni analgésicos) cortar trozos de carne del tamaño de un plato, alrededor de su cola. De esta manera las pulgas no se alojarán en la oveja, pues no les gusta la carne viva. Pero igual, esas heridas se infectan y las pulgas atacan de cualquier manera.

Cuando declina la producción de lana y las ovejas no son útiles para la industria, son vendidas al matadero. Esto conlleva al transporte de 8 millones de ovejas cada año, desde Reino Unido, Australia y Nueva Zelandia hasta Medio Oriente y Norte de África. Padeciendo semanas o meses de travesía en barcos donde van hacinadas, tienen poca agua y comida y soportan climas extremos. Muchas ovejas enferman, otras quedan sumidas entre los excrementos y no pueden moverse y otras son aplastadas por ovejas que tratan de alcanzar la poca agua que se les da. La mortalidad a bordo supera al 10 por ciento. Las ovejas enfermas o malheridas son procesadas vivas o lanzadas por la borda para que se las coman los tiburones. En el 2008, 20.500 ovejas murieron de calor en el camino hacia Medio Oriente. Sus cadáveres fueron lanzados por la borda.

Entre agosto y octubre del 2009 más de 50.000 ovejas permanecieron semanas a bordo del barco Cormo Express, cuando el gobierno de Arabia Saudí rechazó aceptarlas porque muchas de ellas estaban enfermas. Después de dos meses a bordo del barco, con poca comida y agua, con temperaturas superiores a los 37 grados, la nación africana de Eritrea las aceptó para sacrificarlas. Cuando las sobrevivientes llegaron a su destino, fueron arrastradas a camiones y posteriormente, degolladas estando plenamente conscientes. En los países musulmanes del Norte de África y de Medio Oriente, el ritual tradicional está exento de regulaciones humanitarias. Algunas ovejas son matadas masivamente, mientras que otras son vendidas y matadas por compradores particulares.

En el presente ser un usuario del comercio de la lana es apoyar el negocio que involucra el sufrimiento de miles de animales. Existe ropa alternativa a la lana, hechas de materiales duraderos, abrigadores y modernos. Los invito a que nos unamos a la moda compasiva: no compremos nada que involucre el uso de la lana y piel en general.

Lenin Cardozo (1960) Ingeniero, ambientalista y escritor venezolano. Estudios de postgrados en MBA, Gerencia Publica, Filosofia, Historia. Doctorado en Ciencias. Director Ejecutivo de los noticieros ambientalistas Canal Azul 24 (www.canalazul24.com) y Blue channel 24 (www.bluechannel24.com). Fundador de la ONG AZUL Ambientalistas (www.azulambientalistas.org).

2 comentarios:

Abel O'Rian dijo...

oh! y yo que tengo varias cosas de lana. Hace rato dejé el cuero de lado y ahora lo haré con la lana.
Saludos.

Diego dijo...

Terrible lo leído...

Me sumo a la No-Lana

EL problema es cuantos realmente lo harán...

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