20 de septiembre de 2017

Las baterías de los autos eléctricos podría representar un problema ambiental


El movimiento para reemplazar los autos contaminantes que funcionan a base de petróleo y diesel por vehículos eléctricos, ha ganado un gran impulso últimamente.

Pero hay una pregunta muy importante que acecha al movimiento de los autos eléctricos: ¿Qué pasará con las toneladas de baterías de litio cuando estas se agoten? Es una interrogante muy preocupante, pero como dijo alguna vez cierto científico famoso: “En medio de la dificultad yace la oportunidad.” (Albert Einstein, https://gananci.com/frases-de-albert-einstein/)

El número de autos eléctricos en el mundo llegó a los 2 millones el año pasado y la Agencia Internacional de Energía estima que para el 2030, de cumplirse las metas del acuerdo climático de Paris, esa cifra llegará a los 140 millones.

Este boom de los vehículos eléctricos podría dejarnos con 11 millones de toneladas de baterías de ión-litio que necesitarán ser recicladas entre hoy y el año 2030.

Déficit de reciclaje
Sin embargo, en Latinoamérica apenas se recicla el 5% de las de baterías de ión-litio. Lo cual tiene un grave impacto ambiental. No solo las baterías tienen riesgo de generas gases tóxicos al dañarse, sino que sus ingredientes clave como el litio y el cobalto son recursos no renovables y su extracción puede contaminar las fuentes de agua, entre otras consecuencias ambientales.

No obstante, no hay porque ser pesimistas. Hasta ahora, los bajos índices de reciclaje de las baterías de litio pueden ser explicados por el hecho de que la mayoría están contenidas dentro de pequeños dispositivos eléctricos, que generalmente acaban siendo abandonados en una gaveta o enterrados en un vertedero municipal.

Los expertos predicen que esto no pasará con los vehículos eléctricos, ya que los productores serán responsables por su recolección y reciclaje. Dado que, debido a su tamaño, las baterías no podrán almacenarse en casa y no es viable llevarlas a los vertederos.

Además, varios países están creando regulaciones, que exigen a los fabricantes de baterías que financien el costo de recolectar, tratar y reciclar todas las baterías que acumulen. Esto ayuda a afianzar los lazos entre los fabricantes de autos y las empresas de reciclaje.

¿Problema resuelto?
No precisamente. Aunque los procesos de fundición que se utilizan para el reciclaje pueden recuperar muchos metales, no pueden recuperar el vital litio, el cual termina atrapado dentro de un subproducto. Y aunque muchas empresas especializadas afirman que pueden recuperar el litio de dicho subproducto, ello involucra un proceso adicional que implica mayores costos.

Esto quiere decir, que aunque las baterías de los vehículos eléctricos sean llevadas a los centros de reciclaje, no hay garantía de que el litio sea recuperado sino se paga por ello.

Otro problema, es que si no empiezan a aparecer desde ya, más emprendimientos especializados que puedan reclamar de vuelta los materiales de las baterías, corremos el riesgo de que dentro de una década no exista la infraestructura adecuada que pueda procesar las baterías que están funcionando en la actualidad, cuando estas lleguen al final de su vida útil. Hay una diferencia importante entre que seamos capaces de hacer algo y que eso sea económicamente viable.

Una nueva vida para las baterías
El costo de reciclar sigue siendo la barrera, el valor de recuperar estos materiales tiene que ser menor que su precio en el mercado para que se haga de manera exitosa. Pero si no empezamos hoy mismo, corremos el riesgo de agotar este mineral y terminar donde empezamos: dependiendo de recursos no renovables.

La falta de capacidad de reciclaje es “una tragedia,” asegura Amrit Chandan, un ingeniero químico a cargo del desarrollo empresarial en Aceleron, un emprendimiento de alta tecnología que busca transformar estas baterías cuando lleguen al final de su vida útil. “Se requiere tanta energía para extraer estos materiales de la tierra. Que si no los re-usamos estaríamos haciéndole un daño mayor al ambiente,” asegura Chandan.

Aceleron, al igual que la automotriz Nissan, piensa que la respuesta está en reusar en lugar de reciclar las baterías. Para lo que la compañía ha patentado un proceso. Chandan dice que las baterías de auto aun tienen el 70% de su capacidad cuando dejan de ser apropiadas para darle energía a los autos eléctricos, haciéndolas perfectas (cuando son desarmadas, reacondicionadas y re-empacadas) para funcionar como estaciones de almacenamiento de energía en el hogar.

Hay muchas alternativas pero hay que estar preparados
Esta no es la única alternativa. Esta en desarrollo una nueva tecnología de reciclaje que usa procedimientos químicos para recuperar todos los metales importantes de las baterías. Los involucrados dicen que están buscando construir su primera planta comercial donde procesarán 5000 toneladas de baterías al año a través de este proceso que han nombrado como: “química húmeda.” Sin embargo, aun esta tecnología está lejos de poder ser aprovechada comercialmente.

En conclusión, todavía queda tiempo para construir plantas y diseñar procesos, el problema es que hay que coordinar con los fabricantes para saber cómo estarán hechas sus baterías para de esa forma, adelantar procesos que hagan posible su reciclaje. Sería de ayuda si se estandarizara un tipo de batería que fuera diseñada para ser reciclada pero, tristemente, ese no es el caso.

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