23 de mayo de 2013

Brasil avanza en lo que será un mundial de fútbol sostenible


Hace solo unos días atrás, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró el Estadio Nacional de Brasilia Mané Garrincha, uno de los mejores ejemplos de construcción sostenible y eficiencia energética.

Con una capacidad 71.000 espectadores,  la llamada "ecoarena" logra insertarse perfectamente en el entorno de su ciudad, además de integrar importantes avances en materia de aprovechamiento de la energía solar y del agua de lluvia.

Una de características más llamativas de este estadio, es su cubierta, la que está fabricada con una membrana de origen japonés, hecha de dióxido de titanio, que ayuda a retirar los gases contaminantes de la atmósfera y combate la acumulación de polvo y otras suciedades, facilitando su mantenimiento.

Al mismo tiempo la forma curva de la cubierta está diseñada para captar la aguas lluvias, las que posteriormente son utilizadas en labores de riego, inodoros y otras labores de limpieza.

Esta "ecoarena" tampoco se queda atrás en avances energéticos, y es por ello que incorpora alrededor de 9.000 placas solares fotovoltaicas en su techo, algo que le permite importantes ahorros en el uso diario de energía eléctrica.

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