Hasta hace tan solo 7 años atrás, los módulos fotovoltaicos eran fabricados principalmente en Alemania, Japón y los Estados Unidos. China solo aportaba una pequeña proporción de la producción total.
A partir del año 2006 la situación cambió cuando la compañía china Suntech Power llegó a producir su primer millón de paneles solares de silicio, transformándose en el tercer mayor productor mundial.
Hoy en día, la "Industria Solar China" produce anualmente unos 50 millones de paneles solares, los que equivalen a más de la mitad de lo fabricado en todo el mundo durante el 2010, y donde 4 compañías chinas forman parte del Top Five mundial de fabricantes de módulos fotovoltaicos.
Sí la industria de la energía solar se ha estado duplicando cada dos años, los fabricantes chinos han multiplicado por 2 su producción año a año. Este dominio mundial, no se debe a la mano de obra barata como muchos creen, ya que en la actualidad la fabricación de células y paneles solares requiere de equipos y materiales caros, donde la fuerza del trabajo contribuye sólo en una pequeña fracción del costo total.
Tampoco se debe a que las empresas chinas han introducido células que duran más o que son más eficiente y permiten producir más energía, ya que en general fabrican lo mismo que por ejemplo, la industria solar alemana.
Su éxito se debe principalmente a la rápida y eficiente construcción de las fábricas, el acceso a la financiación pública para la compra de maquinarias y equipos, y a un coordinado proceso en cuanto al otorgamiento de los permisos necesarios para el correcto funcionamiento de la industria solar.
Las nuevas fábricas chinas han sido equipadas con maquinaria de alta tecnología, lo que ha ayudado a mantener una casi permanente reducción de los costes de fabricación, conjuntamente con la mejora de los procesos.
En la actualidad el mercado solar se encuentra evolucionando de forma rápida en todo el mundo y las innovaciones tecnológicas adquieren cada vez más, una mayor relevancia. A partir de ahora, lo que se espera es no tanto una mayor reducción de los costes de fabricación, sino más bien, tender a aumentar el número de vatios que cada panel genera. En otras palabras, se trata de incrementar la eficiencia de conversión, manteniendo bajos los costes.
Esto puede ser una no muy buena noticia para los fabricantes chinos que se han centrado en la constante ampliación de la tecnología estándar para el logro de las economías de escala. Igualmente su experiencia y know how en la fabricación de módulos fotovoltaicos convencionales podría ayudar a poner en práctica los nuevos diseños que aumenten significativamente el rendimiento de las células solares de silicio.
Por lo tanto, a la industria solar china se les presenta el reto de innovar de forma rápida para poder mantener su ventaja mundial actual. Nada parece indicar que no puedan lograr este nuevo objetivo.
Fuente & Fotografía: Technology Review
Publicado por energiasolaresp.com
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