4 de enero de 2012

La producción del biocombustible genera gran potencial de negocios para las microalgas

biosiedel microalgas

Las microalgas tienen varias ventajas, se reproducen fácilmente, no necesitan de grandes piscinas para ser cultivadas y tienen un alto contenido proteico y lipídico, ofreciendo cuantiosos beneficios para la salud humana y animal, e incluso la posibilidad de generar energía. Se trata de las microalgas, especies de agua dulce y salada que gracias a sus diversas cualidades han podido ser utilizadas durante décadas en la alimentación de mamíferos, aves y peces, y más recientemente en la fabricación de biocombustibles (biodiésel), diversificando sus usos y abriendo nuevas oportunidades de negocios.

En nuestro país -un mercado que se estima mueve más de US$ 5 millones al año-, el cultivo de microalgas se ha destinado principalmente a producir biomasa para la elaboración de productos nutritivos para acuicultura y consumo humano, basándose en la capacidad que tienen para generar ácidos grasos Omega 3 y 6, antioxidantes, vitaminas y sales minerales, entre otros.

"Históricamente las microalgas se han utilizado en Chile para alimentar especies como ostiones y ostras. Sin embargo, desde hace varios años se emplean para obtener componentes funcionales para alimentación humana y animal, y también para generar biodiésel, aunque la extracción de éste es aún incipiente y representa grandes desafíos", explica Luis Pichott, gerente del Centro de Innovación Acuícola de Fundación Chile.

Valor agregado
Aunque el norte del país ofrece generosas condiciones para su cultivo (alta radiación solar y amplios terrenos que no compiten con la agricultura, como el Desierto de Atacama), las microalgas son producidas a escala industrial únicamente por dos empresas: Solarium Biotechnologies y Atacama Bio Natural. Esta última, con presencia desde hace diez años en Chile, genera al mes más de tres toneladas de biomasa para fines alimenticios, que luego exporta en un 90% a EEUU, Europa y Asia.

Eduardo Cisternas, gerente general de la firma, dice que han invertido alrededor de US$ 10 millones para potenciar el negocio y apostar por nuevos desarrollos. En este marco, comenzaron a trabajar con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) en un proyecto que les permitirá elaborar una vacuna oral para salmones, otorgándole un valor agregado a la microalga Haematococcus pluvialis, la misma que produce astaxantina, considerada el antioxidante más potente del mundo y responsable del color anaranjado de estos peces.

"La idea es usar la microalga no sólo para alimentar salmones, sino como una proteína recombinante que proporcione una vacuna oral. Para ello, la procesamos en forma de pellet y la transformamos en un vehículo que además de nutrir, entrega una proteína inmunogénica que le permite a los peces prevenir las infecciones producidas por patógenos", señala Vitalia Henríquez, académica de la Facultad de Ciencias de la PUCV y coordinadora de la iniciativa.

Cisternas proyecta que la vacuna saldrá a la venta el cuarto trimestre de 2012 en el mercado local, para más adelante ser comercializada en el extranjero, esperando superar los US$ 3 millones de facturación alcanzados en el último tiempo.

Mejorando los cultivos
A través de su empresa Aquasolar Microalgas, que ofrece complementos alimenticios fabricados en base a las especies Spirulina y Chlorella, la firma dedicada a la I+D de estas plantas, Aeon Biogroup, ha buscado fórmulas para mejorar las tecnologías de cultivo de estas plantas y producir biomasa de manera más eficiente para distintos usos. Una de ellas ha sido la creación de un fotobiorreactor híbrido con un innovador modelo de cultivo masivo, que eleva la productividad de las microalgas a muy bajo costo, favoreciendo además la calidad de su biomasa. Esto permite extraer tanto productos alimenticios y aceites para biocombustibles, como materias primas para producir bioplásticos a gran escala. Actualmente tienen instalado un prototipo en la Quinta Región con una capacidad de 5.200 litros de cultivo, y el próximo paso apunta a construir una planta piloto industrial en el norte, que les demandará invertir US$ 4 millones.

"Estamos patentando el fotobioreactor y por ahora sólo producimos a nivel de prototipo. Queremos levantar capital para instalar una planta que nos permita abastecer de biomasa a otras empresas", adelanta Gabriel Castro, gerente de I+D de Aeon Biogroup.

Biodiésel, una apuesta de largo plazo
Gracias al alto contenido de aceite que generan, la biomasa de las microalgas se ha convertido en una de las fuentes más eficientes para generar biodiésel, un biocombustible que además de ser una alternativa al petróleo, es altamente biodegradable y reduce significativamente las emisiones de monóxido y dióxido de carbono a la atmósfera. Pero aunque sus beneficios son variados, su producción continúa siendo costosa en Chile y su campo de implementación aún amplio de investigar.

"Chile ofrece las condiciones necesarias para la generación de biodiésel, pero en cuanto a costos competitivos todavía tiene mucho camino por recorrer", dice Luis Pichott, de Fundación Chile. El experto agrega que "aún falta por conocer las especies con mejor capacidad de producción, las mejores tecnologías para cultivarlas en cantidades económicamente viables y los modelos de refinería para obtener biodiésel a precios bajos".

Actualmente, universidades como la Católica de Valparaíso están elaborando proyectos para desarrollar esta industria a futuro.

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