Mucho se ha escuchado de China y de su exponencial desarrollo económico, que la ha llevado a ser una de las principales potencias a nivel mundial. De igual manera, se ha hablado acerca de la sobre población china y de sus mega ciudades como Shanghai y Beijing, así como también de Hong Kong y Macau, dos ciudades gobernadas por el estado chino.
Ante todo este exceso de información, de carácter positivo para unos y negativo para otros, quisimos ir a ver cómo era la vida en China, así como también su relación con la sustentabilidad en el día a día.
Cabe destacar, eso sí, que esta fue una experiencia de tan sólo dos semanas recorriendo Beijing, Shanghai, Guangzhou y Hong Kong por tierra, la cual quizás no representa exactamente cómo se vive en este país pero si fue la impresión que nos quedó.
China nos mostró una tierra de muchos contrastes, donde mega edificios iluminados para la admiración del humano observan desde lejos grandes fábricas que copan de bruma y smog el horizonte, así como también de desechos tóxicos los ríos aledaños.
El ciudadano chino, especialmente en el área continental, es muy sucio y poco preocupado por el medio ambiente. A pesar de que están presentes los basureros que dividen los desechos reciclables de los no reciclables en casi cada esquina, el chino tiene una verdadera manía por comer y tirar los desechos de lo que come (principalmente su envoltorio) al suelo.
Si a esto le agregamos el sobre-consumismo que existe en el país, no nos muestra un panorama muy alentador.
Además, el exponencial crecimiento de China, que lo sitúa como uno de los mayores fabricantes del mundo, ha traído consigo una interminable nube gris que impide ver el azul del cielo, muy similar a la de Santiago, sólo que se repite en muchas de sus ciudades e, incluso, a lo largo del país en pueblos y pequeñas ciudades costeras.
Si hay algo que aprendí de viajar en tren por China es que las fábricas con sus chimeneas están presentes en muchísimos lugares del país que nunca hubiese imaginado, y que el ciudadano común chino es, tal como dije anteriormente, sumamente sucio y despreocupado por el medioambiente.
En Hong Kong, por otro lado, esta situación cambia radicalmente. Quizás influenciados por la presencia del gobierno inglés durante tantos años, acá se ve más limpieza, orden y respeto por el medio ambiente. Aquí los basureros de reciclaje se multiplican por tres, pasando el “reciclable” a ser “cartón”, “latas” y “plásticos”.
Eso si, no todo es malo. La presencia de energías renovables, especialmente la energía solar, está muy presente en China.
En Beijing, por ejemplo, es posible ver diversas casas con paneles solares en sus techos. En Mutianyu, asimismo, se pueden observar pequeños paneles solares arriba de cada poste de alumbrado público que alimenta con energía solar a dicho farol.
Por primera vez en mi vida y luego de haber visitado más de 50 países, vi que empresas fabricadoras de paneles solares hicieran publicidad en la televisión, calles y aeropuertos. Es una cultura de energía solar que está creciendo muy fuerte y que no solamente es impuesta o intentada comercializar, sino también explicada a los usuarios y habitantes comunes y corrientes como nos tocó ver en un parque de Hong Kong.
Punto aparte merece el exceso de motocicletas eléctricas presentes en todas las grandes ciudades. A pesar de llegar a ser molesto, dado que parecieran ser una insonora plaga, sirven para cuidar el medioambiente y para liberar las ciudades de los molestos ruidos. Siguiendo con esta línea, se valoran las extensas lineas de metro de Shanghai, Beijing y Hong Kong, así como también la presencia del tram en esta última ciudad. Lo positivo de su presencia es que disminuyen el uso de micros a bencina que contaminan el aire, a pesar que de cuando en cuando era posible divisar micros hibridas, otra buena iniciativa.
En resumidas cuentas, y si es posible hacer esto, mi visión de China es que esta sumamente contaminada en agua y aire, donde existe un muy débil concepto del reciclaje y la limpieza, pero donde las energías renovables (especialmente la solar) está avanzando a pasos agigantados.
Es muy prometedor el asunto, ahora falta crear una cultura de limpieza, de reciclaje y de reutilizaje para disminuir el consumismo y descontaminar sus tierras.
Autor: Cristian Abud H.
Fuente: www.plataformasustentable.cl
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