A juicio del máximo ejecutivo de esta empresa nacional con más de diez años de trayectoria, el Sistema Interconectado Central (SIC) se encuentra sobrecargado, lo que puede derivar en un problema de Seguridad Nacional, de no tomarse las precauciones necesarias
Controversia han generado las últimas discusiones que se han dado en Chile a raíz de la aprobación de proyectos energéticos que podrían tener un alto impacto en el medioambiente. Punta de Choros, Hidroaysén y el recientemente aprobado Isla Riesco, son sólo ejemplos de una problemática que mezcla una serie de variables y que sólo apuntan a definir la matriz energética que deberá aplicarse en el futuro en nuestro país.
En Chile, el Sistema Interconectado Central (SIC) es el que administra y provee de la energía necesaria para que el país funcione (desde Tocopilla al sur). En este sentido, y también en concordancia con los desafíos energéticos que se presentan actualmente, se ha especulado sobre la incorporación de nuevas fuentes generadoras de energía convencional al SIC, lo que podría dar una solución de raíz al problema. Para Alejandro Pinto, gerente general de Solener Ltda., empresa nacional proveedora de soluciones de energía fotovoltaica, el SIC no se encuentra apto para recibir estos nuevos “suministros” de forma directa.
De acuerdo a su visión, esta posibilidad requeriría la creación de una nueva red, lo que no se encuentra en la agenda del mundo público ni del privado. “Nuestro sistema eléctrico es hipersensible. Basta ver los black-out que hemos tenido en los últimos años. Si se cae una línea tampoco se pueden hacer bypass y eso es un tema de seguridad nacional. Chile debe tomar medidas urgentes para resolver los desafíos energéticos pendientes”, sostiene Pinto.
La experiencia internacional
Si la posibilidad de construir un nuevo SIC en el corto plazo, no es el camino adecuado, ¿entonces de qué manera se puede dar solución a este problema? El ejecutivo explica que en Alemania, en donde se llegó a un modelo que incluye, además del consumo de energía eléctrica del sistema, aportes a la red con los paneles solares fotovoltaicos que tienen las personas en sus casas y que es finalmente comprada por las compañías de electricidad. El rol de los subsidios directos por parte del Estado fue clave para que la gente no sólo consuma y produzca este bien, sino que además pueda generar dinero produciéndolo.
“Países como Alemania y España comprendieron que, a la hora de abordar la problemática energética, no bastaba con quedarse en buenas intenciones”, afirma Pinto. “Como una manera de incluir a los propios habitantes, se optó por los subsidios. Y si bien en un principio hubo reservas y discrepancias sobre este modelo, con el tiempo se ha comprobado que es una opción real, viable, que incluye la participación de la población y que se ha transformado en una política pública de la que todos son parte”.
¿Y qué sucede en Chile? A juicio del ejecutivo, la energía es barata (y no cara comparada con los países desarrollados) y nos encontramos en un momento de la historia similar al que se encontraban los europeos a la hora de implementar los subsidios, a un costo de financiar tres veces más el kilowatt-hora solar producido hasta llegar a la paridad de costos de la red. Esta característica es una opción que los encargados de discutir esta problemática debieran considerar, pues probó ser una buena alternativa.
¿Cómo avanzar?
Uno de los mitos principales en torno al uso de la energía fotovoltaica, es si terminaría por desterrar para siempre a las tradicionales. Ante este supuesto, Pinto es claro y afirma: “Con la energía solar fotovoltaica no hay potencia firme, ya que sólo se añade a la red en la medida que hay radiación disponible. Entonces, el ejercicio debe ser mirarla como un complemento más que como un sustituto. Nunca se ha pretendido reemplazar el sistema que hoy permite que Chile funcione”.
Actualmente, en nuestro país, los sistemas solares fotovoltaicos (también llamados paneles solares) que se encuentran instalados en distintos lugares, tienen como objetivo apoyar en el suministro a las empresas asociadas a la minería y a las telecomunicaciones y que se encuentran ubicadas en sectores apartados, de difícil acceso y donde no existe posibilidad de contar con energía.
Estos proyectos han demostrado ser exitosos, lo que pone sobre la mesa la facultad real de incluir este tipo de energía en la matriz nacional. “Chile podría llegar a un ideal de producción de energía renovable no convencional (solar-eólica), cercana a un 15 por ciento del total de la matriz”, afirma, categórico, Alejandro Pinto.
Sin embargo, a su juicio, para que esto suceda es necesario que en nuestro país se apruebe una ley que permita la venta de energía renovable en baja tensión, como personas naturales o como empresas. “Así es como la comunidad internacional nos consideraría un país desarrollado. Es una tremenda oportunidad que no hemos sabido explorar”, enfatiza.
Por Ing. Alejandro Pinto, gerente general de Solener Ltda.
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