El reciente auge en la producción de biocombustibles y las siguientes preguntas vinculadas a la sostenibilidad ambiental y social de los métodos de producción ha llevado al desarrollo de muchas normas orientadas a reducir los impactos globales. Por ejemplo, en el 2008 el BID ha desarrollado el Scorecard de Sostenibilidad de Biocombustibles para evaluar posibles proyectos. Además, se han puesto en marcha o están en desarrollo varios sistemas nuevos de certificación, tanto para materias primas específicas (como la palma, la caña de azúcar, etc.), así como para los nuevas meta-standards (o sistema de puntos de referencia) que abarcan todo tipo de materias primas para biocombustibles (Mesa Redonda sobre Biocombustibles Sostenibles y CSII).
Reconociendo la utilidad de tomar en cuenta las preocupaciones de sostenibilidad a nivel de proyecto, también es igualmente importante considerar estos temas cuando se desarrollan nuevas políticas a nivel nacional. Muchos países de la región de América Latina y el Caribe ya tienen, o están introduciendo medidas institucionales, normativas y jurídicas para el sector de biocombustibles y biomasa. Una iniciativa singular, la Asociación Global para la Bioenergía (GBEP, según sus siglas en inglés), está ayudando a construir un consenso en una gama amplia de gobiernos nacionales e instituciones internacionales sobre la sostenibilidad de la bioenergía, proporcionando mediciones útiles para proporcionar información sobre el análisis de políticas y sobre el desarrollo a nivel nacional.
La GBEP fue lanzada por el G8 +5 (Brasil, China, India, México y Sudáfrica) en julio de 2005. El mandato dado a la GBEP en el Plan de Acción de Gleneagles fue “la implementación amplia y económicamente eficiente de la biomasa y de los biocombustibles, sobre todo en países en vías de desarrollo donde prevalezca la utilización de la biomasa”. La membresía en la GBEP es completamente voluntaria y está compuesta principalmente por gobiernos y organizaciones pertenecientes a la ONU. El BID ha sido un socio activo de la GBEP desde 2009.
El pasado mes de mayo se alcanzó un hito importante en la vida de la Asociación. Allí se acordó adoptar un conjunto de indicadores voluntarios, prácticos y científicos de sostenibilidad, con el objetivo de ayudar a los países a evaluar y desarrollar la producción y el uso sostenibles de la bioenergía. Estos 24 indicadores asumen un enfoque holístico en la evaluación de muchos aspectos importantes que conforman la intersección de la bioenergía y la sostenibilidad, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero, la diversidad biológica, el precio y la oferta de una canasta alimentaria nacional, el acceso a la energía, el desarrollo económico y la seguridad energética. Además, la Asociación aprobó el lanzamiento de una iniciativa de fomento de las capacidades que busca promover el uso óptimo de la bioenergía moderna para el desarrollo sostenible.
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