El agua fluye a través de todo; el aire, la tierra, nuestros propios cuerpos y la economía global. De hecho, cada vez que se compra o vende un buen servicio, existe un virtual intercambio de agua. 2.646 litros de agua son necesarios para fabricar una remera de algodón. Se necesitan 7.560 litros para hacer un litro de leche y 147.420 litros para fabricar un automóvil.
Utilizamos agua para procesar materia cruda, fabricar productos, generar electricidad y transportar gente y mercadería. La desalinizamos para construir ciudades en el desierto.
¿Sorprende entonces que en los últimos 100 años el uso de agua global aumentó a una tasa que duplica la del crecimiento de la población?
Cada vez que interactuamos con el agua, cambiamos su flujo natural, su estado, su utilidad o disponibilidad, se estima que la agricultura global desperdicia un 60% de los 2.500 billones de litros que utiliza anualmente. Los municipios pierden hasta un 50% de su provisión de agua a través de filtraciones en la infraestructura. Existen casi 53.000 distintas agencias de gestión de agua sólo en EEUU, cada una gestiona un corto trecho de un río o un puñado de reservorios.
En medio de toda esta ineficiencia, una de cada cinco personas aún no tiene acceso a agua potable limpia y segura. Las Naciones Unidas predicen que cerca de la mitad de la población mundial va a experimentar una crítica escasez de agua en 2080.
Pero podemos hacerlo mejor. La tecnología actual puede monitorear, medir y analizar ecosistemas de agua completos, desde ríos y reservorios a bombas de agua y cañerías domésticas. Podemos dar a todas las organizaciones, los negocios, las comunidades y las naciones que dependen de una constante provisión de agua dulce, es decir, a todos nosotros, una única visión del uso del agua que sea realizable, confiable y actualizada minuto a minuto.
Junto con el Instituto Beacon para Ríos y Estuarios y la Universidad de Clarkson, IBM está creando una plataforma de datos para apoyar la instrumentación en los 506 kilómetros de longitud total del río Hudson de una visualización en tiempo real de un sistema fluvial que abastezca tanto a la industria como a las personas. En los Países Bajos, IBM está trabajando con asociados para construir diques más inteligentes que puedan monitorear las condiciones cambiantes de las mareas y responder adecuadamente. Y los sensores están revolucionando la agricultura, al proveer información detallada sobre la calidad del aire, el contenido de humedad del suelo y la temperatura para calcular programas de riego óptimos.
La medición inteligente puede ofrecer conocimiento oportuno a las personas y a las empresas sobre su propio uso del agua, aumentando la concientización, localizando ineficiencias y disminuyendo la demanda. Por ejemplo, IBM y la empresa Dow Chemical, a través de su negocio Dow Water Solutions, trabajan conjuntamente para permitir una visualización sin precedentes del uso del agua, comenzando con plantas de desalinización. Sólo IBM ahorra más de US$ 3 millones al año en una planta semiconductora estadounidense, a través de una solución integral de gestión del agua.
Por último, podemos aplicar la computación y la analítica avanzadas para ir más allá del “tiempo real” y llegar a la predicción, apoyando políticas y decisiones de gestión más informadas. IBM está involucrada en iniciativas de investigación conjunta con el Instituto Marítimo de Irlanda, cuyo objetivo es convertir la bahía de Galway en un laboratorio viviente, instrumentando la bahía para reunir datos sobre temperatura del agua, corrientes, fuerza de las olas, salinidad y vida marina, y aplicando algoritmos que pueden predecir desde patrones de oleaje durante 24 horas, hasta la hora correcta para recolectar mejillones.
El flujo de abundante agua limpia es tan esencial para nuestra economía y sociedad como lo es para nuestro planeta.
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1 comentario:
Sería bueno comentar que en Chile, particularmente en la División de Recuros Hídricos y Medio Ambiente (RHMA) de la Universidad de Chile existen muchos profesionales trabajando en proyectos relacionados con administrar de manera inteligente los recuros hídricos y hacer una evaluación integral de la disponibilidad de agua en una cuenca y su uso sustentable entre todos los actores, industrias, comunidades y naturaleza.
Se echa de menos en la nota haber investigado un poco más de lo que se hace en nuestro país, donde existe investigación y desarrollo de técnica pero poca difusión por cuanto las decisiones son en su mayoría de caracter política sin considerar el aspecto técnico ni las necesidades de manera integral.
Me gusto mucho la página, sigan así.
Matías Lecaros S.
Egresado Ing. Civil Hidraulica-Sanitaria-Ambiental
Universidad de Chile
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