19 de enero de 2011

El lado EVERDE de: Felipe Sepúlveda


El año 2009 formé la empresa Carboneutral S.A. para entregar soluciones de reducción de emisiones de C02 en nuestro país. Somos representantes autorizados de la empresa británica The CarbonNeutral Company, la empresa en soluciones de reducción de carbono número 1 de Europa y una de las más reconocidas del mundo, con 13 años de experiencia en este rubro. Soy director ejecutivo de la empresa y si bien soy ingeniero comercial, participo directamente en cada uno de los proyectos, ya que el tema me apasiona principalmente por lo importante que es para mi la preservación de la naturaleza. Mi gran objetivo es poder combinar el crecimiento económico y el desarrollo de la mano con la preservación del ecosistema.

También soy consejero general de la comisión de medio ambiente y cambio climático de la fundación Nuevos Líderes. Soy montañista, fotógrafo autodidacta de naturaleza, y budista zen.

¿Crees que en Chile hay conciencia sobre qué es y para qué es necesaria la huella de carbono?


El tema de la huella de carbono no es nuevo en Chile. Somos sin lugar a dudas el país dentro del cono sur que está más avanzado en este tema, sobre todo el sector minero quienes llevan ya bastante tiempo en la determinación del inventario de emisiones de gases de efecto invernadero.

Luego las viñas por un tema de mercado a nivel internacional, han avanzado bastante, sobre todo en lo referido a Carbono Neutralidad con algunos ejemplos interesantes como De Martino, Casa Lapostolle y Santa Emiliana. Pero aun queda mucho por hacer con respecto a la huella de carbono de los productos, la cual a diferencia de los inventarios de GEI, se determina en base al análisis de ciclo de vida del producto, desde la producción de las materias primas que lo componen, hasta su uso y desecho por parte del consumidor.

Pronto veremos a otras industrias, como el retail, sector automotriz e industrial, empezar a desarrollar estrategias de reducción de emisiones de carbono más dirigidas al cliente y no tan solo para sus reportes de sostenibilidad. Muchas ya están buscando a empezar a diferenciar y posicionar sus marcas como comprometidas con reducir sus emisiones para hacer frente al cambio climático.

¿Cuál es tu visión de la huella de carbono en Chile?

Como mencionaba anteriormente la huella de carbono en Chile ha estado acotada a algunos sectores productivos y de manera voluntaria. Pero ante el inminente cambio regulatorio y de mercado en Europa y Estados Unidos, que obligará a que nuestro sector exportador informe su huella de carbono por unidad funcional de producto exportado, muchos están empezando a determinar al menos su huella corporativa, lo cual les permitirá posteriormente crear las plataformas para determinar las emisiones de C02 asociada a sus productos en su ciclo de vida. Pronto veremos a alguna empresa multinacional ecoetiquetar sus productos en términos de emisiones de C02 en el país y algunas empresas que buscarán ser carbono neutrales como hoteles, bancos, revistas, frutas, etc.

Sin embargo, el gran futuro de Chile está en el desarrollo de proyectos de generación de tecnologías limpias como la eólica, solar, hidroeléctrica de pasada, mareomotriz y la reforestación de bosques y suelos degradados, lo que permitirá al país ser un importante actor en la generación de bonos de carbono para el mercado internacional.

¿Qué piensas del rol de las empresas en el desarrollo sustentable de Chile?

Su rol es clave. Cualquier compromiso de nuestro país en cuanto a reducción de emisiones frente al IPCC finalmente se traducirá en que las empresas reduzcan sus emisiones en la misma proporción. Por lo tanto, está en manos de ellas en cumplir los objetivos de reducción de emisiones en términos de C02. Pero somos también nosotros, los consumidores, quienes jugamos un rol muy importante en presionar a las empresas mediante nuestra decisión de compra por empresas medioambientalmente más responsables y proactivas. Hoy no basta con solo cumplir, hoy debemos hacer un esfuerzo mucho mayor para minimizar el impacto del Cambio Climático antropogénico en nuestras vidas. Ya no podemos hablar de evitarlo, solo podemos hablar de minimizar su impacto.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente? ¿De qué se trata?

Hoy estamos en proyectos muy interesantes en industrias muy diversas como la automotriz, la industria y el retail, en especial multinacionales que en sus países de origen ya están comprometidos con objetivos de reducción claros y conocidos y que hoy están empezando a demandar a sus distintas operaciones en el cono sur. Lo interesante es que están incorporando ya en sus mediciones el ámbito 3 del GHG Protocol, el cual corresponde a todas aquellas emisiones indirectas ( distinta de la electricidad) y que hoy normalmente sólo se mide de manera voluntaria. Incorporar el scope 3 en la medición es importante ya que para algunas industrias gran parte de las emisiones se encuentran en este ámbito, sobre todo aquellas intensivas en transporte subcontratado.

¿Cuál es tu mayor aporte al medio ambiente, como reduces tú huella?

Como montañista y budista zen, he tenido un fuerte contacto con la naturaleza y por lo tanto un fuerte compromiso con el medio ambiente. Me ha tocado ver directamente el retroceso de varios glaciares de nuestra cordillera, la erosión de suelos, y la disminución de especies que frecuentemente se veían como zorros, cóndores y vizcachas cada día más difíciles de observar.

Pero simplemente estar consciente de lo que sucede no basta, es importante actuar. Personalmente, me he comprometido con reducir mi impacto lo más posible. Por ejemplo, hace 6 meses terminé de construir mi casa en Chicureo la cual fue construida con paneles S.I.P lo cual me permite alcanzar ahorros en calefacción de cerca de 70% y por lo tanto menores emisiones de C02. Todas las aguas residuales de la casa son tratadas a través de un biofiltro en base a lombricultura. Aquí las lombrices degradan todo el material orgánico ( incluso los detergentes) y lo transforman en humus el cual es utilizado para fertilizar las plantas y el huerto. El agua que sale del sistema pasa por un filtro de luz ultravioleta para matar cualquier tipo de coliformes remanente. El agua entonces es reutilizada para riego de arboles y plantas.

Con respecto a lo que es más difícil de reducir en término de emisiones, como el consumo eléctrico, la calefacción y el transporte, anualmente calculo y compenso mis emisiones a través de bonos de carbono de distintos proyectos alrededor del mundo. Tengo también una scooter eléctrica la cual utilizo para desplazarme dentro de Santiago. En menos de un año ya he andado cerca de 1.000 kms dentro de Santiago en ella, lo cual se traduce en menos gases de efecto invernadero versus lo que hubiese generado el auto, menos congestión y menos gases contaminantes propios de la combustión de una auto y que explican una parte no menor de la concentración de smog de nuestra ciudad. 

Mi próxima meta es cambiar toda mi iluminación interior por lámparas LED, estas tienen un consumo bajísimo y una vida mucho mayor ( 5 veces más) que las ampolletas compactas de ahorro de energía, las cuales no son tan ecológicas ya que contienen mercurio el cual es liberado al ambiente cuando se quiebran y se botan a la basura, lo cual es tremendamente tóxico. Mi próxima meta personal es construir un colector solar para calentar el agua y un generador eólico, lo cual es bastante fácil de hacer por uno mismo con materiales al alcance de la mano. Y bueno, un auto eléctrico cuando se masifiquen y mejoren su autonomía por carga y tengan un precio razonable!

¿Algún consejo o frase verde?

Más que un consejo, es invitar a las personas que tomen conciencia de cuánta vida nos rodea a cada instante, una hormiga, los pájaros, insectos; traten de ver y ser conscientes de cuánta vida hay a nuestro alrededor que depende del equilibrio del ecosistema para subsistir. Debemos respetar todas las otras formas de vida. Compartimos este planeta con ellas y somos parte de ese delicado equilibrio. Tenemos una influencia muy fuerte en inclinar la balanza a favor o en contra de la subsistencia de este ecosistema... llevamos muchos años inclinándola en contra… llego la hora de darla vuelta.

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