
El muro verde surge del trabajo sobre los principios de protección de los valores naturales, del fomento de un desarrollo sostenible y la necesidad de proteger el entorno. El muro verde es una estructura de contención que consiste en un núcleo de suelo reforzado donde las solicitaciones a las que está sometido son soportadas por geomallas, que permite inclinaciones de hasta 80º y sin limitaciones de altura, con la particularidad de que el paramento es vegetalizable. Este paramento funciona como pulmón verde proporcionando mecanismos reguladores de temperatura (evita el efecto 'islas de calor'), controla la evapotranspiración, reduce la contaminación del aire, además de proporcionar una alta absorción del ruido.
El muro verde cuenta con gran versatilidad en formas y vegetación, que se adapta a los espacios públicos y permite mantener la biodiversidad de especies vegetales en el desarrollo de la ciudad. En numerosas ocasiones no se valora el impacto visual que provocan determinadas acciones constructivas, el muro verde favorece la integración paisajística y la creación de espacios verdes dentro de entornos medioambientales hostiles como pueden ser las ciudades. Dado que los espacios verdes tienen un efecto positivo dentro de los entornos urbanos, este sistema es cada vez más utilizado en contraposición a otros sistemas de contención tan duros con el entorno como pueden ser los muros de hormigón armado.