
En 2009, Sergio Vásquez y José Manuel Alcaíno crearon Mawün Rainwater, un emprendimiento que embotella el agua de lluvia en plena selva de Valdivia y la convierten en un producto Premium por su composición única: una baja cantidad de minerales. Sus críticos dicen que el proceso de calidad es dudoso.
Cada vez que se pronostica lluvia en la región de Los Ríos, Sergio Vásquez (39) y los tres trabajadores de su empresa se preparan. Saben que, en un par de horas, las nubes cargadas de agua sobre la costa del Océano Pacífico se trasladarán 30 kilómetros hacia el interior, llegando al sector de El Rebellín –a veinte minutos de Valdivia– en donde tienen instalados los quinientos metros de techos de policarbonato preparados para hacer escurrir la lluvia hacia los contenedores. Después de un par de horas de proceso, el agua que cae del cielo queda ahora atrapada en una botella. En un par de días, estará en la mesa de uno de los hoteles más lujosos de Santiago lista para ser consumida.