Aunque pueda parecer una locura, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco (UAM-A), están trabajando en este innovador proyecto que aplica nanopartículas de oro para mejorar la calidad de las aguas negras del Valle de México.
Aunque comúnmente solo asociamos el oro a la joyería, resulta que las nanopartículas de oro (un millón de veces menores que un metro), inferiores a 10 nanómetros, son muy activas químicamente principalmente en la oxidación.
Los investigadores de la UAM- A utilizan catalizadores para tratar aguas residuales, entre ellos se encuentran el oro y el platino. Se valen de un dispositivo conocido como Reactor de Membrana, que es un tubo cerámico dentro de una cobertura de acero inoxidable, dentro de la cual se encuentran estos metales.
Utilizan el oxígeno o el aire como oxidante que en contacto con los reactivos como el oro, y las aguas residuales, transforman los contaminantes orgánicos en dióxido de carbono, en un proceso conocido como mineralización y que tiene una eficacia de hasta el 70%. Este procedimiento se puede considerar como una prepotabilización del agua.
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