La actual situación eléctrica ha generado un intenso debate en toda la sociedad venezolana. En la medida que la pobreza energética aumenta y los “sin luz” se expresan en las calles, el volumen acerca de la gravedad de la crisis sube de tono. Sin embargo, es lamentable que las voces profesionales y políticas que dominan la opinión pública dejen de lado a la energía solar y eólica como solución viable a este problema y opten por defender la instalación de plantas termoeléctricas a base de combustibles fósiles. La miopía entre estos actores les impide leer acertadamente el curso de esta era.
Es un error conceptual, político y estratégico descartar el potencial de nuestro sol y viento como pilares de una nueva industria nacional, y por ende, soporte de un nuevo proyecto de país. Los verdaderos retos de este siglo, la pobreza, desempleo, inseguridad y cambio climático, sólo podrán enfrentarse si ponemos en marcha todo nuestro potencial energético, más allá del petróleo. Tal como lo señaló Juan Pablo Pérez Alfonso en 1975 y hoy está más vigente que nunca, aun cuando tengamos grandes reservas de hidrocarburos, debemos promover la explotación de nuestras fuentes renovables, las cuales son limpias y no contaminantes.
Para impulsar las energías renovables contamos con enormes ventajas territoriales, más de 200 mil kilómetros cuadrados de radiación solar óptima, grandes áreas con fuertes vientos; pero además tenemos: una red de industrias básicas, universidades con mística y vocación por la innovación, talento de nuestros jóvenes, compromiso de los empresarios y la capacidad de emprendimiento de todo nuestro pueblo.
Convertir a cada venezolano en un productor de energías renovables es nuestra meta. Estamos convencidos que “sembrar el petróleo” en este siglo significa una PDVSA eficiente, social y ambientalmente responsable, cuya renta generada impulse una poderosa industria nacional de energías limpias, donde todos los venezolanos sean protagonistas de su desarrollo. La suma de ambas industrias energéticas aunadas a la agroindustria y el turismo serían los puntales de un nuevo proyecto de país, generador de miles de empleos estables, con una economía sostenible, innovadora, exportadora y socialmente incluyente.
Aspiramos ganar la confianza de los ciudadanos y liderar un gobierno que nos permita hacer de la energía solar en Venezuela, el petróleo del siglo XXI.
Por Alexis Romero H.
http://alexisromeroh.blogspot.com/
Coordinador Nacional de MOVERSE
Por Alexis Romero H.
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