Soy esa que todos ningunean hoy en día, esa que guardas prolijamente en un cajón, esa que te ayuda con tus compras, esa que utilizas para trasladar tus alimentos, esa que llevas cuando vas al mercado o a la feria, esa que utilizas para desechar tu basura, esa que llevas con un regalos, esa que llevas en tu maleta, esa que utilizas con tu ropa sucia, esa que te dan en las tiendas y que orgullosamente luces, esa que nadie quiere utilizar hoy en día, esa que cambia de nombre a reutilizable, biodegradable, ecológica, amigable con el medio ambiente, esa que todo el sur de Chile trata de eliminar, esa que vuela libre por la ciudad, esa que está en el parque, esa que está en la playa... Soy esa que está en todas partes ¡y que nadie quiere!
Nací en los años 70 y fui distribuida gratuitamente en los supermercados y tiendas. Por muchos años fui parte de sus vidas, tenía diferentes apariencias y nadie cuestionaba mi existencia. Hoy en día soy duramente criticada porque mis compuestos son dañinos, porque no desaparezco en muchos años, porque vuelo libre por los aires y veo la ciudad desde la cima de la montaña.