10 de septiembre de 2014

Renovables: costes y beneficios para la salud respiratoria

niña Respiro en Xarxa
Una niña sopla un molinillo de viento.
El marco europeo en Clima y Energía 2030 aprobado en enero de este año por la Comisión Europea establece un doble objetivo vinculante para los países miembros de la UE. En primer lugar, fija una reducción del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero sobre el año de referencia 1990 y, en segundo lugar, las energías renovables adquieren un protagonismo mayor, fijándose en un 27% su participación en la generación de energía de todos los estados miembros para 2030. Este último objetivo pasa por reducir el uso del carbón como fuente de energía primaria e incrementar la participación de las renovables tanto en la generación eléctrica, como en la calefacción y en el combustible. En concreto, las renovables lograrían una mayor participación en el sector eléctrico, pasando del 21 % en la actualidad a, al menos, un 45 % en 2030.


En España, a partir del Real Decreto 413/2014 de 6 de junio, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos, estas instalaciones de generación de electricidad serán remuneradas en función de su capacidad de generación y de su año de entrada en vigor, lo que se traduce en una retribución media del 7% de la inversión a lo largo de toda la vida útil de la instalación. Este cambio de normativa supone una modificación sustancial de las condiciones de las que hasta ahora disfrutaban las energías renovables del régimen especial, es decir, las sujetas al sistema de primas. El déficit de tarifa del sector eléctrico, o sea, el desfase acumulado entre los ingresos y los costes del sistema de distribución eléctrica, explica este resultado.
Sin embargo, tal y como viene planteándose actualmente, el uso de fuentes de energía renovables como alternativas a las procedentes de combustibles fósiles no sólo reside en un criterio de mercado sino que pretende ser una vía alternativa para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Con el objetivo de profundizar más en este aspecto, dentro de la Cátedra de Economía de la Energía y del Medio Ambiente de la Universidad de Sevilla patrocinada por la Fundació Roger Torné, hemos llevado a cabo una investigación cuyos resultados han sido publicados a comienzos de este año en García y Román (2014), con el título “An economic valuation of renewable electricity promoted by feed-in system in Spain”.
La principal hipótesis de este trabajo es que el uso de las energías renovables debe ser valorado en términos globales. En concreto, el uso de energías renovables como fuente de generación eléctrica supone una alternativa efectiva al uso de fuentes de energías fósiles y, por tanto, favorece la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En García y Román (2014) realizamos una valoración económica de lo que en 2011 supuso para España el uso de las energías renovables para la generación eléctrica sujetas al sistema de primas. En esta valoración se han tenido en cuenta tanto los costes como los beneficios, obteniendo así un balance económico.
Por el lado de los costes se han analizado las primas pagadas a las energías renovables para la generación eléctrica. Y por el lado de los beneficios, nos planteamos la pregunta: ¿qué ocurriría si desapareciesen las fuentes de energías renovables para generación eléctrica de la noche a la mañana? La respuesta es que la generación de energía hubiese sido asumida por aquellas fuentes de energías con capacidad para ello, como son el carbón y el ciclo combinado. Lógicamente, estas fuentes de energías contaminantes generan unas emisiones de CO2 que no se producen cuando utilizamos las energías renovables. De esta forma, conocidas las emisiones de CO2 evitadas gracias al uso de las energías renovables, sólo nos queda valorarlas económicamente. Y aquí existen distintas alternativas.
panel solar
Instalación de energía solar. Foto: Christine (vía Flickr)
Una primera alternativa es valorar el CO2 a precio de mercado, es decir, al precio del CO2en bolsa, obteniendo así un valor relativamente bajo (12,89 €/tCO2) en 2011. Otra alternativa es tomar el precio del CO2que se estima en otros trabajos tales como el de Stern (2007) y el de Ackerman y Stanton (2011), equivalentes a 80 y 714 €/tCO2,respectivamente. En estos trabajos, con sus matices, el valor monetario de las emisiones de CO2 es mucho más alto debido a que cada tonelada se valora no sólo por los costes que dichas emisiones tienen para la generación actual, sino por los efectos que tiene dicha tonelada para las generaciones futuras.
En concreto, en su estimación más baja, es decir, tomando el precio de mercado del CO2,  los resultados que hemos alcanzado muestran que, aproximadamente, el 10% de las primas pagadas a las energías renovables vendrían explicadas por las emisiones de CO2 que se evitan con su uso.
No obstante, la valoración económica de los beneficios del uso de las energías renovables puede ser todavía mayor. Un reciente informe que analiza los costes y beneficios de la Estrategia Europea Clima y Energía 2030 (Enerdata, 2014) corrobora en buena medida nuestra filosofía. En él se analizan las consecuencias que se derivan de dicha Estrategia desde el punto de vista de la seguridad energética, los costes y los beneficios para la salud, así como los efectos sobre la evolución de las energías renovables.
Los datos alcanzados son rotundos. En el caso de las energías renovables, el informe señala que, para alcanzar el compromiso de reducir en un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa en 2030, es necesario que se reduzca la participación del carbón como fuente de energía primaria, siendo sustituido en al menos dos tercios por las energías renovables. Asimismo, el informe pone de manifiesto que la reducción en el uso de combustibles fósiles no sólo contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que supone una mejora de la contaminación local del aire al reducir los principales focos de emisión del NOx y el SO2, con la consecuente mejora en las enfermedades respiratorias. El informe precisa aún más, añadiendo que disminuir el uso de combustibles fósiles en la generación de electricidad podría reducir los costes sanitarios de la UE en unos 19 mil millones de euros, lo que vendría a ser un 0,1% de PIB comunitario en 2030.
A pesar de su importancia, llama la atención que estos factores no son considerados a la hora de valorar el uso de las energías renovables en nuestro país. Aprovechando el nuevo marco europeo en materia de Clima y Energía 2030, sería deseable una revisión de la política energética nacional que valore un nuevo mix energético tanto desde el punto de vista de sus efectos sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero como de la mejora de la salud respiratoria y cardiovascular.
Referencias bibliográficas:
  • Ackerman, F., Stanton, E., 2011. Climate risk and carbon prices: revising the social cost of carbon”, Economics Discussion Papers, No. 2011-40, disponible en:http://hdl.handle.net/10419/49935 (último acceso 08/09/2014)
  • García Redondo, A. y Román, R. (2014), An economic valuation of renewable electricity promoted by feed-in system in Spain, Renewable Energy, Volume 68, pp. 51–57.
  • Enerdata (2014). Costs and Benefits to EU Member States of 2030 Climate and Energy Targets.
  • Stern, N. (2007). The Economics of Climate Change: The Stern Review. Cambridge Univ. Press, Cambridge, UK.

Publicado por  el 10 de septiembre del 2014.

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