26 de enero de 2014

El Bisfenol A, un contaminante cada vez más acorralado

Cuarta entrega del monográfico “Contaminantes y salud”, una serie que aborda de forma focalizada y a la vez desde diferentes prismas los efectos de los principales contaminantes en nuestra salud. En esta ocasión, Oriol Lladó entrevista a Dania Valvi, investigadora del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), y Lydia Vermeer, de la Universidad de Kansas, para hablar sobre uno de los contaminantes de los que más se ha hablado en los últimos tiempos, el Bisfenol A, presente en biberones, latas y otros productos de uso cotidiano.
Bisfenol A. Foto: Fundación Vivo Sano
Bisfenol A. Foto: Fundación Vivo Sano
Nos centramos en dos estudios recientes sobre los efectos de un compuesto químico sobre el que cada vez hay más evidencias de sus efectos negativos sobre nuestra salud y también la de nuestros hijos.

El Bisfenol A, también conocido como BPA, es un producto químico utilizado para fabricar botellas, tuppers y revestimientos de latas de conservas. Se usa para prevenir la corrosión de las latas y cuando se usa como revestimiento epoxi evita la contaminación de alimentos. Su presencia en los productos que utilizamos de forma cotidiana es tan común que un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por las siglas en inglés) de los EE.UU. confirmó -según apunta en esta noticia Ivan Gil (@ivanxil) en el Confidencial- que más del 90% de los norteamericanos tienen trazas en su organismo de esta sustancia, aunque generalmente por debajo de la “dosis diaria tolerable”. Aun así, según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el componente es una “amenaza global que se tiene que resolver” porque “puede alterar la susceptibilidad a varios tipos de enfermedades a lo largo de la vida”. Los niños son un grupo especialmente vulnerable a sus efectos.
De momento, la mejor manera de evitar el BPA es a través de la lista de la compra, adquiriendo siempre que sea posible alimentos frescos, al menos hasta que la legislación no vaya dando respuesta a las crecientes evidencias científicas que alertan, cada vez de forma más inequívoca, de los peligros relacionados con la exposición y resistencia de esta sustancia.
Biberones. Foto: Fundación Vivo Sano
Biberones. Foto: Fundación Vivo Sano
“El bisfenol A es un disruptor endocrino y puede ‘imitar’ en el cuerpo el efecto de hormonas fisiológicas, como son los estrógenos”, explica Dania Valvi, del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), y principal autora de un artículo publicado a la revista Epidemiology sobre la relación entre embarazo y obesidad infantil. Se sospecha que la exposición al Bisfenol A puede alterar el neurodesarrollo del niño y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas a lo largo de su vida, como por ejemplo obesidad, diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y respiratorias y ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, los efectos del Bisfenol A sólo se evalúan desde hace relativamente poco tiempo “y los primeros resultados todavía no son concluyentes con algunos estudios que demuestran asociaciones y otros que no.” Por eso el estudio en el cual ha participado Valvi es tan importante.
El estudio asocia la exposición al BPA durante el embarazo con la obesidad en la infancia. Se ha demostrado que el BPA aumenta ligeramente el índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura del niño a la edad de 4 años. En este estudio, las concentraciones de BPA se midieron en dos muestras de orina recogidas en el primero y tercer trimestre del embarazo de las madres de la cohorte del estudio INMA – Sabadell, en el cual participa el prestigioso instituto de investigación con sede en Cataluña.
La lactancia materna tiene un efecto protector hacia la obesidad, el asma y otras enfermedades, incluso si la madre ha sido expuesta a bajas concentraciones del compuesto. “Así que es recomendable que los niños reciban lactancia materna al menos durante seis meses”, remarca Valvi. La investigadora recuerda también que en relación al uso de biberones, la Unión Europea prohibió en 2011 la fabricación de biberones de plástico con Bisfenol A con el objetivo de disminuir la exposición de los neonatos.
Latas. Foto: Fundación Vivo Sano
Latas. Foto: Fundación Vivo Sano
Legislación europea y española
La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) publicó el pasado mes de julio un informe en el que alerta que los niños de entre 3 y 10 años son los más expuestos al Bisfenol A debido a que su consumo de alimentos en relación a su peso corporal es superior al que se da en otras edades. En concreto, señala que en un 23% de los casos, las mujeres embarazadas están expuestas a niveles del compuesto potencialmente peligrosos, por el que sus hijos tendrán más posibilidades de sufrir cáncer de pecho cuando crezcan.
Hasta ahora la Unión Europea ha prohibido el Bisfenol A en la fabricación de biberones y de algunos juguetes de plástico para niños. Hace unos meses, la Asamblea Nacional francesa aprobó una ley que prohíbe su uso también en envases alimentarios y que, según diferentes fuentes, es la ruta más importante de exposición humana al compuesto. “Francia es el primer país europeo que prohíbe el Bisfenol A y podría servir como ejemplo también para España y otros países”, explica Valvi esperanzada.
El mayo pasado, el sindicado Comisiones Obreras y las organizaciones Greenpeace, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra se sumaron a una campaña de la Fundación Vivo Sano que pide al gobierno español que prohíba los envases de alimentos con Bisfenol A.
Botellas de plástico y migrañas
La reutilización de botellas de plástico potencia tanto la frecuencia como la virulencia de los episodios de migrañas y dolor de cabeza, según los resultados de un estudio clínico llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Kansas y publicado en el último número del Journal of Toxicological Sciences. Es otro de los estudios recientes sobre el compuesto avalados por la investigación científica.
Tuppers. Foto: Fundación Vivo Sano
Tuppers. Foto: Fundación Vivo Sano
Lydia Vermeer, una de las autoras del estudio, dirigido por el laboratorio de Nancy E.J. Berman de la universidad norteamericana, asegura que “nuestro estudio es pionero en el análisis de los efectos del BPA sobre los dolores de cabeza, pero en realidad hay otros muchos campos para investigar. Falta dinero para un mayor estudio de BPA y otros estrógenos ambientales. Esto nos permitiría dar un paso importante para comprender plenamente el que lo BPA hace a nuestros cuerpos y cómo podría afectarnos.”
A su entender, la administración tendría que “financiar nuevas investigaciones sobre este compuesto”. Lo justifica el hecho que se han realizado muchos estudios con la investigación del cáncer “y se ha establecido que el BPA es un carcinógeno con el potencial de causar cáncer o alterar el cáncer para que sea resistente a la quimioterapia. Además, el BPA se clasifica como un disruptor endocrino, con el potencial de alterar la síntesis, la distribución y el metabolismo de hormonas endocrinas”. Hay mucho trabajo por hacer, especialmente en el campo de la infancia.
“Todavía no hemos tenido tiempo de investigar  el efecto del BPA en niños” -explica Vermeer, en este sentido. Los planes de futuro del centro de investigación donde trabaja incluyen el estudio de esta sustancia química en un entorno clínico. “Estamos interesados en la determinación de los niveles de base / niveles medios de BPA en una población de la migraña (adultos y niños que sufren de migraña) y después examinar cómo los cambios en la dieta (eliminando el uso de los alimentos enlatados, por ejemplo) cambian estos niveles y si este cambio tiene algún efecto en la frecuencia de la migraña, la duración y la intensidad. Se trata de estudios que estamos planeando para el futuro.”
Referencias:
  • Informe OMS: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/78102/1/WHO_HSE_PHE_IHE_2013.1_eng.pdf
  • Campaña Fundación Vivo Sano: http://www.hogarsintoxicos.org/es/actua/campana-para-retirar-bisfenol
  • Página de la patronal PlasticsEurope con argumentos ‘a favor’ del uso de la sustancia: http://www.bisphenol-a-europe.org/es_ES
  • Estudio del CREAL sobre el Bisfenol y su relación con la obesidad infantil: http://www.creal.cat/es_noticies/254/la-exposicion-temprana-al-compuesto-quimico-bpa-puede-aumentar-el-riesgo-de-obesidad-infantil
  • Estudio de la Universidad de Kansas sobre la relación entre el Bisfenol y las migrañas: http://www.kumc.edu/news-listing-page/researchers-show-connection-between-bisphenol-a-and-migraine.html

Publicado en fundrogertorne.org

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