13 de julio de 2012

Roberto Higuero: Eficiencia energética en casa

Durante esta semana, y con motivo de la Semana Europea de la Energía Sostenible, SEAS Estudios Superiores Abiertos de Zaragoza ha organizado la Semana de las Energías Renovables en colaboración con la Fundación para el Desarrollo de las nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón. 

construccion sostenible

Las jornadas comprenden seminarios, visitas y prácticas dirigidas a profesionales, investigadores, estudiantes y, en general, a todos los ciudadanos interesados por las energías renovables y el medio ambiente. 

Una de las conferencias de hoy irá a cargo de Roberto Higuero, Profesor especialista en arquitectura bioclimática de SEAS. En Quenergia, hemos aprovechado la ocasión para lanzarle algunas preguntas. 

Arquitectura bioclimática, en términos generales, ¿qué es exactamente? 

Bioclimática es un concepto bastante claro en su morfología lingüística. BIO en su definición académica hace referencia a aquello que se puede considerar “biológico”, es decir, un conjunto de principios que hacen referencia de forma única, inequívoca y distintiva a animales y vegetales. CLIMA es por todos sabido que hace referencia a las condiciones atmosféricas que caracterizan una región.

Dada la universalidad de ambos conceptos podemos considerar dentro del abanico semántico términos como “arquitectura sostenible” o “arquitectura de alta tecnología”, “natural” o “ecológica”. 

En todos los casos, representa el empleo y uso de materiales y sustancias con criterios de sostenibilidad, es decir, sin poner en riesgo su uso por generaciones futuras. Representa el concepto de gestión energética óptima de los edificios, mediante la captación, acumulación y distribución de energías renovables de forma pasiva y/o activa, así como la integración paisajística, el empleo de materiales sanos y autóctonos, de criterios ecológicos y de eco-construcción. 

Ahora imaginémonos que alguien quiere reconvertir su hogar en una biocasa. ¿Estamos a tiempo de corregirlo o solamente es posible en casos de nueva construcción? 

Por supuesto que estamos a tiempo de hacer muchas cosas, tan sólo es necesario cambiar ciertos hábitos de vida y estar dispuesto a vivir con un poco menos. Si lo conseguimos podemos reducir nuestra factura energética hasta en un 30%. Evidentemente, si actuamos en las primeras fases de la vida de un edificio somos capaces de optimizar más los recursos y obtener resultados que permitan reducir los consumos de energía hasta en un 85%. 

¿Qué medidas podemos adoptar para adaptar nuestro piso o nuestra casa a un hogar más sostenible? ¿Por dónde empezar? 

Casi el 50% de nuestro consumo de energía corresponde a la calefacción, por lo que un gesto tan sencillo como mantener el termostato de nuestra vivienda en torno a los 21ºC puede hacernos ahorrar hasta un 50% de este consumo. Por supuesto habrá que completar esto con el uso de una ligera chaqueta en casa. 

Si estamos pensando en actualizar nuestra vivienda en un buen momento para completar el ahorro en calefacción instalando ventanas de alta calidad y mejorando el aislamiento y estanqueidad al aire de nuestra vivienda. Con estos tres puntos fundamentales conjuntamente con un termostato “equilibrado” conseguirán una reducción de hasta el 90% del gasto en calefacción. 

Igualmente limitando a 45ºC la temperatura de producción del agua caliente, nos permitirá ahorrar un 20-40% del 20% de energía que consumimos en este aspecto. 

Otras medidas complementarias que no aportan un sustancial ahorro de forma individual pero que de forma conjunta pueden conseguir un ahorro de hasta un 15% del total de nuestro consumo son la utilización de electrodomésticos de clasificación energética A+ o superior (consume menos de la mitad que un electrodoméstico convencional); utilización racional de aire acondicionado limitando la temperatura a 23-24ª o sustitución de los sistemas de iluminación tradicional (incandescencia) por sistemas de bajo consumo. 

Además, una correcta gestión de los aparatos en stand-by puede suponer un ahorro del 50% del consumo de estos. Y si a todo esto le sumamos un uso racional de nuestros aparatos en nuestra vivienda conseguiremos un hogar mucho más sostenible. 

¿Aunque la inversión inicial sea grande, realmente se ahorra a largo plazo adoptando este tipo de métodos? 

El retorno directo de la inversión varía mucho en función de las características de cada casa. De forma media, para una vivienda unifamiliar de 150 m2, la inversión en nueva construcción se ve incrementada un 8-15% con retornos directos de la inversión de 7-16 años (a los precios actuales de le energía). 

En rehabilitación de apartamentos o pisos, para un piso medio de 90 m2 la inversión representa un 10-40% del coste total (dependiendo del alcance de la actuación), con retornos directos de 4 a 20 años. 

Si tenemos en cuenta que actuamos en aspectos que van a durar cincuenta años estamos en periodos de retorno siempre por debajo de 40% de la vida útil de nuestra vivienda, muy por encima de la rentabilidad de, por ejemplo, la compra de un coche diésel. 

El escenario futuro trae consigo un incremento del precio de la energía por lo que conjuntamente con la mejora de la tecnología augura una mejora sustancial de los retornos de la inversión a medio plazo. 

Y en lo referente al impacto medioambiental. ¿Qué signos visibles en el medioambiente resultan de la arquitectura bioclimática? 

En España el consumo del sector residencia supone casi el 30% del consumo total (IDEA-2008). Aplicando medidas de eficiencia energética contribuimos a mejorar la independencia energética de España del exterior, que en este momento supera el 80%. Además, mejoramos la habitabilidad de las ciudades o el parque inmobiliario teniendo edificios más modernos y duraderos. A lo que tenemos que unir las mejoras sociales fruto de la regeneración del entorno de la ciudad conectándola de nuevo con clima y la naturaleza. 

Y desde un punto de vista medioambiental no podemos olvidar lo siguiente: En España consumimos en nuestros hogares casi 60 millones de megavatios-hora. Lo que supone una emisión de CO2 a la atmósfera de 19.000.000 T-equivalentes CO2. En Zaragoza, según el Observatorio de Sostenibilidad cada habitante consume 6,56 MWh de energía y emite caso 21 T-equivalentes de CO2. 

Si aplicando las medidas de ahorro y eficiencia energética podemos ahorrar hasta un 60% de nuestra factura energética, lo que en la capital aragonesa podría suponer una reducción de casi 4 MWh por hogar, o lo que es lo mismo, evitaríamos emitir a la atmósfera casi 12,5 T-equivalentes de CO2 por habitante. Si tenemos en cuenta que si cada europeo tuviese la obligación de almacenar las emisiones que genera, tendría que disponer de una volumen equivalente a una vivienda de 1.500 m2 y 2,5 metros de altura (volumen del gas almacenado en condiciones normales), el ahorro parece importante. 

Fuente: Quenergia

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