La sostenibilidad y estadios verdes, es la premisa que ha acogido la FIFA para el mundial de Brasil 2014, así como los que se realizaran en Rusia 2018 y Qatar 2022
Los organizadores de la copa del mundo consideran como su principal objetivo, la realización de un evento que utilice los recursos de forma inteligente, dando un equilibrio entre los aspectos económico, desarrollo social y protección del medio ambiente. Los planes no solo se cierran en el mundial de fútbol, sino también abarcan otros eventos deportivos como la Copa Confederaciones y los Juegos Olímpicos en 2016, para lo que ya se ha invertido más de 13.000 millones de dólares en instalaciones e infraestructura.
El ambicioso programa de obras -que incluía carreteras y nuevos sistemas de transporte público- fue redefinido recientemente por las autoridades ante la imposibilidad de cumplirlo 100%, y se puso el foco en la finalización de los estadios, que son construidos o remodelados con criterios de diseño "verdes".
Para esto se integraron algunas soluciones tecnológicas como el reciclaje de materiales de construcción en obras públicas, aprovechamiento de agua de lluvia para reservorios e irrigación de los gramados, utilización de fuentes de energía solar y otras fuentes de energía renovable para iluminación.
Además de todas las infraestructuras, el programa considera un fuerte apoyo de inclusión social, lo que se espera lograr con una inversión de 20 millones de dólares por parte de la FIFA. Generando programas educativos sobre el calentamiento del planeta y el aprovechamiento general de los recursos naturales, impulso a la producción orgánica de alimentos, construcción de parques ecológicos y un potente reforzamiento del ecoturismo local.
Esta nueva actitud de la FIFA se mantendrá para futuros campeonatos, y se exigirán estrictas certificaciones especialmente de los estadios, que tendrán que ser considerados como eficientes, o "verdes"
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