4 de abril de 2012

Los aerogeneradores Windspot proveen de energía a los habitantes de una aldea de Kenia.


Un año después de su instalación, personal de Sonkyo Energy acude a la aldea de Turkana a hacer una puesta a punto y comprobar los resultados de este proyecto solidario.

Turkana es una aldea situada en una zona árida de Kenia. Como tantos otros lugares en Äfrica carecía de electricidad y sus vecinos sólo conseguían energía de un generador de diesel que utilizaban para el bombeo agua.

En este remoto poblado trabaja, desde hace más de 20 años, un grupo de misioneros de la comunidad de San Pablo Apostol que saben bien que la energía es el paso fundamental para de salir de la pobreza. Con la colaboración de la Fundación Rose, de la Caja de Ahorros del Mediterraneo y de Sonkyo Energy consiguieron instalar un sistema híbrido eólico-solar en la aldea.

Eso ha repercutido enormemente en la vida de sus vecinos, posibilitando cosas que a nosotros nos parecen tan básicas como tener una bombilla o poder conservar medicamentos en una zona donde la temperatura media es de 40 º.

Energía renovable que cambia unas vidas y salva otras.
Los aerogeneradores Windspot y las placas solares fueron instalados hace algo más de un año y recientemente personal de Sonkyo Energy ha acudido a hacer una puesta a punto del sistema y a ver los resultados de esta campaña solidaria.

Christophe López, especialista en instalaciones renovables de Sonkyo Energy, ha pasado allí 3 semanas, tiempo en el que ha comprobado los avances que se pueden conseguir dotando de energía renovable a una zona que carece de electrificación.

Para este entusiasta de las renovables “lo más impactante es que un pequeño sistema de renovables como este puede salvar vidas". La energía de los aerogeneradores abastece, entre otras cosas, a un dispensario donde una nevera permite conservar medicamentos, vacunas, antibióticos, y gracias a eso se evitan enfermedades y muertes. Y pueden ser muchas, porque esta misión atiende a unas 15.000 personas de la zona. Pero además permite la educación y la formación, algo básico para salir de la situación de pobreza en que viven.”

Chirstophe cuenta orgulloso como gente que nunca ha visto un ordenador son capaces de empezar a manejar programas informáticos de forma tan ágil y rápida. También nos relata cómo algunas de las personas que él mismo formó para llevar el mantenimiento de la instalación eólico-solar están trabajando para compañías de telefonía móvil gracias a los conocimientos que adquirieron. “Están deseosos de aprender, y lo hacen con rapidez. Los conocimientos en temas técnicos son muy valorados e importantes en una lugar dónde todo está por hacer”.


Energía renovable y distribuida, el futuro de África.
Hasta la llegada de las energías renovables a Turkana allí sólo contaban con un generador de gas-oil, pero este combustible es muy caro y costoso de llevar, por las grandes distancias que hay que atravesar para su distribución por caminos inhóspitos.

Las energías renovables les permiten autoabastecerse, no depender de compañías, ni de fluctuaciones del precio de los carburantes y sobre todo, tener energía 24 horas del día.

“La importancia de contar con energía es algo básico para estas zonas que quieren salir de la pobreza”, señala Christophe, “sin electricidad es imposible avanzar en la sociedad actual”.
Movimientos como Energy For All tratan de llamar la atención sobre este aspecto que mucha gente no se ha parado a pensar.

Quienes trabajan con energías renovables, como Christophe López, están seguros de que este tipo de energía renovable y distribuida va a proliferar enormemente a lo largo de todo África, “Este continente se va a electrificar gracias a su sol y su viento, ya hay países trabajando en ello. África será mucho más “renovable” que occidente, es el futuro, lo que se ha conseguido con dos aerogeneradores Windspot en Turkana es la mejor prueba de ello”.

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