11 de enero de 2012

De una economía verde a una azul

La Economía Azul, un libro de Gunter Pauli que emula a los ecosistemas naturales para crear innovaciones empresariales que pueden generar cien millones de empleos en los próximos cien años

economia azul

Con un modelo que giraba en torno a tres ejes: inversión, tecnología e innovación, en el 2008 el PNUMA lanzó el concepto de la Economía Verde con el informe titulado "Hacia una economía verde: vías hacia un desarrollo sustentable y a la erradicación de la pobreza”. En pocas palabras se hacía referencia a un sistema económico compatible y amigable con el ambiente natural, ecológico y justo. Los objetivos eran “utilizar los recursos renovables dentro del marco de su capacidad regenerativa, compensar la pérdida de recursos no renovables mediante la creación de sus sustitutos renovables, limitar la contaminación dentro de la capacidad de absorción de la naturaleza y mantener la estabilidad y resiliencia del ecosistema”. Se destacaba la eco-innovación y el potencial de crear nuevas oportunidades de negocio y de abrir nuevos mercados, contribuyendo a la creación de empleo.

Recientemente, ha surgido la llamada Economía Azul, un nuevo enfoque acuñado por el empresario experto en el funcionamiento de los ecosistemas, Gunter Pauli. Según este experto el modelo verde requiere una mayor inversión de las empresas y un mayor pago de los consumidores a cambio de preservar el medio ambiente, lo cual representa todo un reto para las economías actuales. La visión de Pauli, condensada en un libro y que además ha sido adoptada por muchas empresas en todo el mundo, se sirve del conocimiento acumulado por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza, y traduce esa lógica al mundo empresarial. Algunas de las adaptaciones a modo de ejemplo es la imitación de la estructura de los termiteros para pensar en la arquitectura bioclimática, teléfonos celulares que se recargan gracias a la diferencia de temperatura entre el aparato y el cuerpo humano, marcapasos sin pilas partiendo del estudio del corazón de ballenas o inyecciones indoloras inspiradas en mosquitos. La Economía Azul muestra como éstas, entre unas cien iniciativas empresariales innovadoras adaptadas desde los ecosistemas, pueden generar cien millones de empleos en los próximos diez años.

Pauli propone esta economía inspirada en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, pero no en un mero plano teórico. La viabilidad de los planteamientos ha sido evaluada en términos sociales, ambientales y económicos dentro de más de 3000 ideas. Los ejemplos además se valen del modelo cascada, esto es lo que a un ecosistema le sobra otro lo emplea, siguiendo la lógica del cero residuo tal como sucede en la naturaleza, fuente de inspiración inagotable. Según el autor “sustituir algo por nada y reutilizar los desechos como materia prima equivale a necesitar menos y tener más”. Las innovaciones expuestas en el libro más un sinfín de recursos se pueden ver en la página http://www.community.blueeconomy.de/


Una fuente de empleo que debe ser protegida

"Los arrecifes coralinos"


En diciembre pasado la Iniciativa Internacional de Arrecifes Coralinos (ICRI por sus siglas en inglés) llevó a cabo una reunión donde nuevamente se subrayó la importancia de estos ecosistemas como fuente de alimento y empleo para millones de habitantes del planeta, así como también su importancia social y cultural. En este encuentro, esta alianza de países expuso su preocupación sobre el rápido deterioro que están sufriendo los arrecifes y por ende la necesidad de que las naciones sumen acciones contundentes para protegerlos. La organización subrayó la importancia de incluir a los arrecifes en los informes finales de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable y en cualquier política comprometida con la gestión de océanos y mares.

La Iniciativa Internacional de Arrecifes Coralinos es una alianza de países cuyo objetivo es la implementación del Capítulo 17 de la Agenda 21 y otras convenciones y acuerdos internacionales para el beneficio de los arrecifes coralinos y otros ecosistemas relacionados. Fue fundada por Australia, Francia, Japón, Jamaica, Filipinas, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos. Estos países se basaron en la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas (1992), cuando la comunidad mundial adoptó la Agenda 21, en cuyo Capítulo 17 se identifica la importancia de los elementos marinos y costeros en el alcance del desarrollo económico sustentable y la cooperación ambiental. Allí se identifica a los arrecifes como ecosistemas marinos de alta biodiversidad y se acordó que eran motivo de evaluación y protección.

En nuestras costas caribeñas también es de vital importancia la preservación de estos ecosistemas donde se han identificado cerca de 50 especies de corales. Entre las principales causas del deterioro de estos entornos y que por supuesto son totalmente aplicables a las costas venezolanas se tiene la pesca con explosivos y venenos, la contaminación por drenaje de cloacas, el desecho de productos químicos de las industrias, los daños por el efecto del calentamiento global, los cambios en la biodiversidad, la invasión de especies no autóctonas, el mal manejo del turismo, la sobrepoblación costera, la descarga del lastre de los barcos, el vertido de escombros en las orillas y los derrames de combustible.

@ideagenial
Miembro de la red Periodismo ante el Cambio Climático

No hay comentarios:

Publicar un comentario