1 de junio de 2010

Lo que debemos aprender

Una de las lecciones que arroja el terremoto 8.8 es simple y definitivo: no podemos depender de los mismos métodos de generación de energía. No solo es inadecuado en momentos de crisis sino absolutamente obsoleto. Durante los primeros días se dejo sentir la falta de los suministros básicos que tardaron mucho más de lo imaginado en restablecerse.

Tenemos una responsabilidad como sociedad enfrentarnos a nuestro destino de la forma más responsablemente política que podamos. Fuera de afanes partidistas pero si ideológicos, la generación de energía de la mano con el cuidado de lo que nos rodea es una bandera de lucha que por estos días pareciera solo en su extracto más superficial tomar relevancia. Lo que debemos preguntarnos si es que acaso solo basta un aporte del ciudadano común y corriente. Lo más probable es que no. Lo que falta ahora es la revolución frente a los que tienen en su poder la respuesta a hacer cambios reales y efectivos y de mayor alcance que nosotros. Exigir como parte de este sistema formulas efectivas.

El gobierno debe potenciar y subvencionar vías alternativas de energía. Debe premiar y fomentar la investigación al tema. Debe aumentar el porcentaje de PGB entregado para la investigación científica acerca de este y otros temas. Debe impulsar el uso de la energía solar no solo en su uso domiciliario, sino en sus propias instituciones públicas. Debe castigar y multar con mayor fuerza y determinación, siempre teniendo de su lado la ley, a los grupos empresariales que quieren hacer vista gorda frente a los problemas de contaminación y mal uso de los recursos. No comprometer beneficios personales o económicos por sobre la salud de las personas. Y asimismo, establecer regalías para aquellos empresarios con conciencia ecológica que establecen como prioridad el tema.

Fiscalizar para no lamentar. Es entonces, cuando el ciudadano medio sabrá que frente a la alienación no estará solo y podrá alzar su voz pidiendo cambios reales. Esto no solo lo enseña la tierra moviéndose y recordándonos donde estamos y hacia donde queremos ir. Esto lo debe enseñar cada cosa que hagamos en beneficio de remediar lo que tanto echamos a perder sintiéndonos que todo era eterno.

Rodrigo Muñoz- Medina
Periodista

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